Manuel Jabois sobre el juicio a Dominique Pélicot: "Espero que no pensemos que estas cosas solo ocurren de forma extraordinaria en la región francesa de Aviñón"

Madrid

Una cosa que es muy interesante que se puede hacer cuando uno droga, viola y ofrece dormida a su mujer para que decenas de personas la violen, es callarse. El silencio es un invento extraordinario. Nuestro Premio Nacional de las Letras, Manuel Rivas, escribió una primera frase primorosa en una novela: la boca sirve para callar. Pide perdón si te da la gana, y calla. Es lo menos dañino que puedes hacer, aunque haya frases tuyas, humillantes para las víctimas, que expliquen el estado moral de un tiempo. “No tenía ni idea de que les hacía tanto daño”, dijo. No sabía que les hacía tanto daño.

Hay algo más. Tiene que ver con algo que nos interpela como sociedad. Lo dijo el abogado de Gisele Pelicot. ¿Cómo puede ser que en 2024 encontramos a 70 hombres en un radio de 50 kilómetros que vengan a violar a una mujer dormida? Espero que no pensemos que estas cosas solo ocurren de forma extraordinaria en la región francesa de Aviñón; no es una tradición de un lugar, es una tradición de algunos hombres, de muchos hombres. No, no todos los hombres, ya lo sé. Pero una amiga, cuando alguien le dice: "yo no soy así", responde "pero yo no sé quién sí es así: no lo anuncian".