Es una de las canciones más míticas en español y su autor cuenta por primera vez cómo se le ocurrió

Madrid

La vida da para muchas cosas. A veces, la forma en que queremos vivir a los 18 años no tiene nada que ver con cómo queremos vivir a los 25. Esto ocurre también con las actividades que realizamos, nuestros hobbies e incluso nuestro propio desarrollo profesional. En ocasiones, no es una única profesión la que ejercemos toda la vida, y ese es también el caso del último invitado de Transmite la SER, el poeta Luis Alberto de Cuenca. Este poeta es capaz de escribir versos preciosos y muy reconocidos, como El Desayuno, un texto que ha sido leído en multitud de bodas, y también de componer una de las canciones más icónicas que se han escrito en español.

Además de su faceta como poeta, Cuenca ha sido, durante muchos años, letrista de la Orquesta Mondragón, un grupo musical español muy popular y símbolo de lo que fue la Movida Madrileña, con canciones como Caperucita Feroz. Juan Carlos Ortega quiso preguntar al poeta por esta canción, que, para sorpresa de muchos, incluidos los colaboradores del programa, fue escrita por él. A Ortega le dio curiosidad y preguntó al poeta cómo se le había ocurrido "escribir la letra para la Orquesta Mondragón de una canción que se ha vuelto tan famosa en la historia".

Cuenca cuenta que normalmente le daban "las piezas, con la música", y él tenía que ponerles letra. En el caso de esta canción, recibió la base musical y se retiró a su despacho para trabajar. Allí encontró, sobre la mesa, una "edición ilustrada por Doré de Los cuentos de Perrault", y en una de las imágenes "aparecía Caperucita metida en la cama y el lobo disfrazado de abuelita". Más tarde, Cuenca fue a cenar y, cuando volvía a casa, tarareando la canción, se encontró nuevamente con la "lámina de Doré" y fue cuando pronunció la primera frase de la canción: "Hola, mi amor. Yo soy el lobo". Y así fue cómo Cuenca compuso una de las canciones más famosas del grupo: Caperucita Feroz.

Una historia que a Ortega le pareció "maravillosa". Y que, en aquel momento, explica Cuenca, Javier Gurruchaga, cantante de la Orquesta Mondragón, dijo que "se la quedaba, porque él también era el lobo". Así fue como se ideó una de las canciones más emblemáticas del rock español, que aún hoy, más de 40 años después de su lanzamiento, sigue sonando en muchos lugares de la geografía española.

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La poesía de Luis Alberto de Cuenca

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