"Leer es vivir y en Mauthausen era sobrevivir"
El periodista catalano-francés Llibert Tarragó presenta 'Stendhal en Mauthausen', un libro donde comparte las memorias de su padre Joan, prisionero en este campo de concentración
Joan Tarragó vivió para contar el horror de los campos de concentración nazis. Fue el preso número 4355 de Mauthausen y escribió sus memorias en las páginas en las que, junto a su hijo Llibert Tarragó, trazan un relato de supervivencia al terror para hacernos ver cómo ese sentimiento se hereda.
Llibert Tarragó: "Leer es vivir y en Mauthausen era sobrevivir"
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Nacido en una familia muy pobre de Tarragona, Joan se empleó a los 10 años como botones en un hotel de la rambla de la ciudad. Su temprana inquietud política le llevó a ingresar en las filas anarquistas antes de adherirse al PSUC. La llegada de la Guerra Civil a sus 22 años le situó en el frente de Aragón, alistado en las filas del ejército republicano, donde conoció el miedo por primera vez. Con la retirada republicana, Joan fue prisionero en el campo francés de Septfonds y después en el campo nazi de Mauthausen como "apátrida" declarado por el gobierno franquista español.
Las infancias de Llibert y su hermano estuvieron marcadas por ese pasado paterno: "No podía jugar al fútbol con él porque físicamente él no podía". Joan regresó muy cansado del campo y con dificultades para respirar, por lo que su mujer asumió el papel de centinela y protectora. Su hijo describe un ambiente de mucha angustia y cómo ella les advertía: "Siempre nos decía que tuviéramos cuidado con nuestro padre. Había fronteras psicológicas".
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Joan Tarragó sobrevivió a Mauthausen porque no pensó en su familia ni en su pueblo y sus paisajes. "Era la vía para el suicidio", explica Llibert y añade: "Tenía carácter de lucha". Ya a los 20 años, su padre le ofreció escribir sus memorias porque le veía capaz de ello, pero Llibert estaba harto de todo esa historia. Harto de haber visto cómo a su padre le faltaba media pierna por el mordisco de un perro de las SS, de oír y de ver tantos horrores, siempre desde el respeto a la figura de su padre: "Yo escuchaba a los Beatles mientras él escuchaba 'El emigrante'. Hui a los 20 años de ello".
Cuando Llibert visitó Mauthausen en el año 2000, decidió sumergirse en el archivo que le había legado su padre. Allí descubrió la importancia de la historia y a separarla de la memoria. "La memoria es una selección de acontecimientos que te lleva al sentimiento, pero la historia te hace trabajar hacia la verdad, son los hechos" y por eso Llibert es preciso en la distinción: "La memoria en las plazas, la historia en las aulas".
'Stendhal en Mauthausen' narra la historia de la familia Tarragó, marcada por el paso del padre por la barbarie nazi. Durante los cuatro años y tres meses que Joan pasó rodeado de alambre, organizó una biblioteca clandestina con los libros que llegaban al campo entre las pertenencias de los prisioneros. "Leer es vivir y allí leer era sobrevivir", recuerda Llibert en palabras de su padre.