Continúan las tensiones en Bolivia: Morales pide a sus seguidores una pausa en los bloqueos y asegura que hará huelga de hambre
El operativo de desbloqueo de las carreteras en el país ya ha dejado 66 detenidos investigados por "terrorismo"
La situación en Bolivia sigue escalando. En concreto, el expresidente del país Evo Morales ya pidió este viernes a sus seguidores que considerasen hacer una pausa en los bloqueos de carreteras que realizan desde hace 19 días. Al mismo tiempo, anunció que haría una huelga de hambre para asegurar que haya un diálogo con el Gobierno de Luis Arce con mediación internacional.
Así se ha desprendido de un comunicado que difundió el propio exmandatario por redes sociales, donde explicó su decisión de "pedir a los compañeros movilizados" que consideren "analizar un cuarto intermedio del bloqueo de caminos" para evitar "hechos de sangre", por el operativo militar y policial que se ejecuta en esta jornada para desbloquear vías en el centro del país. Aun así, los simpatizantes de Morales se han negado a realizar esta pausa: "El bloqueo nacional de caminos persiste y va a seguir con mucha más fuerza y más contundencia", explicó el dirigente campesino Humberto Claros. "Que nadie se atreva ahora a culparle al hermano Evo por las movilizaciones futuras que van a persistir en el bloqueo nacional indefinido de caminos", manifestó al mismo tiempo.
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El Gobierno de Bolivia, por su parte, ha informado sobre su plan para el desbloqueo de estas vías. En concreto, va desde la región central de Cochabamba hacia el occidente del país y ha requerido la movilización de más de 3.000 policías que han tenido apoyo de militares.
El ministro de Interior, Eduardo del Castillo, ha asegurado que la primera fase de este plan ya se ha cumplido, "pero la misión no ha sido alcanzada" porque Cochabamba "sigue secuestrada" por los persistentes bloqueos en las rutas hacia el oriente del país". Así, el operativo de desbloqueo ya ha dejado 66 personas detenidas que serán investigadas por "terrorismo".
Huelga de hambre
Al mismo tiempo, el expresidente anunció que llevará a cabo una huelga de hambre con el fin de comunicarse con Arce. "Y he decidido, para viabilizar el diálogo, (que) voy a iniciar una huelga de hambre hasta que el Gobierno instale dos mesas de diálogo, primero por el tema económico y segundo por el tema político", ha señalado.
Para que ese diálogo "sea viable, responsable y tenga resultados", el exgobernante pidió "la participación de algunos organismos internacionales o países amigos", porque a su juicio el Gobierno "no quiere entender temas legales ni técnicos". Al mismo tiempo, incidió en que "el Gobierno tiene que replegar toda esa represión, esa movilización militar y policial" e insistió que "si hay algún hecho de sangre, será responsabilidad exclusiva del presidente" Arce.
Morales entrará en huelga de hambre en la sede de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, el principal sindicado de cocaleros de Bolivia que el exmandatario lidera desde hace décadas y que tiene base en esa zona central que es su bastión sindical y político. Al respecto, el líder del gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) se encuentra atrincherado en el Trópico de Cochabamba desde hace 19 días ante la posibilidad de que emitan una orden de captura en su contra por una investigación por presunta trata de personas y estupro.
La situación de bloqueo en Cochabamba
En ese mismo lapso sus seguidores han bloqueado rutas en Cochabamba para que se retiren los procesos judiciales en su contra, para exigir una solución a la situación económica del país y por la defensa de la candidatura presidencial del líder oficialista para las elecciones de 2025. Los policías y militares avanzan en el desbloqueo de vías desde la madrugada de este viernes lanzando gases lacrimógenos a los manifestantes que les respondieron con dinamitazos y pedradas, mientras que otros grupos de seguidores de Morales tomaron tres instalaciones militares en el Trópico de Cochabamba en respuesta al operativo.
Luis Arce ya ha denunciado que ese "asalto" fue realizado por "grupos armados afines a Evo Morales" a los que también acusó de retener "como rehenes a militares y a sus familias, y amenazando sus vidas", además de haberse hecho del control de los lugares donde las fuerzas del orden guardan armamento. "Estas acciones estrangulan económicamente al pueblo boliviano (...) buscando la ruptura del orden público legalmente constituido y de nuestra democracia, con el único objetivo de acortar nuestro mandato, imponer una candidatura inconstitucional y lograr impunidad en procesos judiciales", ha indicado.
Arce y Morales están distanciados desde 2021 por diferencias en la administración del Estado que se profundizaron ante la necesidad de renovar la directiva nacional del MAS y elegir al candidato oficialista para las elecciones de 2025.