Por qué los cadáveres de Irvine y Mallory han aparecido a 2.000 metros de distancia si sufrieron el mismo accidente en el Everest
Después de 100 años desde su desaparición, el reciente hallazgo del cuerpo de Irvine vuelve a sembrar la duda sobre qué pudo suceder
La Aventura de SER EP. 40 - Sebastián Álvaro, Al filo de lo imposible
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Madrid
Han pasado 100 años desde que los exploradores británicos Irvine y Mallory fueron vistos por última vez cuando ambos se disponían a subir la cumbre del Everest, en busca de un logro que nadie había conseguido documentar hasta ese momento: ser las primeras personas en llegar a la cima del pico más alto del mundo. Nadie volvió a verlos y ahí comenzaron las dudas: ¿habían logrado conseguirlo o, por el contrario, nunca lo consiguieron? El cuerpo de Mallory fue encontrado en 1999 por el alpinista Conrad Anker. El cadáver parecía indicar que había sufrido una caída y, dado que este se encontraba más atrás de donde fueron vistos por última vez, se barajó la hipótesis de que podían haber llegado a la cima y estaban de vuelta. Este año, un equipo de National Geographic encontró los restos del famoso alpinista Andrew Irvine en la cara norte del Everest, cuando intentaba la primera ascensión a la montaña más alta de la Tierra. Es decir, uno estaba a 2.000 metros de distancia del otro. ¿Cómo pudo ser posible?
El pasado miércoles, el programa La Aventura de SER analizó este tema con el aventurero y escritor español Sebastián Álvaro, un hombre con más de 200 expediciones y más de 300 documentales realizados durante los 30 años que ha estado viajando a los lugares más recónditos del planeta, recogidos en uno de los programas de televisión de mayor prestigio de la televisión española: Al filo de lo imposible. Sebastián Álvaro ha estudiado este hallazgo y sostiene: "No creo que aporte ninguna pista esencial".
El escritor ha analizado la localización del cuerpo sin vida de Irvine: "Creo que esto lo que hace es corroborar todo lo que sabíamos desde el hallazgo del cadáver de Mallory, y lo que sabíamos es que bajaban desde muy alto, sin botellas de oxígeno, con las gafas de sol metidas en el bolsillo y murieron por una caída", explicaba el documentalista. Sebastián Álvaro analiza la distancia en la que se han encontrado los cuerpos: "Mallory se paró en esa caída, se fue parando. Era el alpinista con mayor experiencia y uno de los mejores del mundo. Logró pararse, aunque fue dándose golpes, uno de ellos en la cabeza, que le causó la muerte".
Además, Álvaro sostiene que Mallory "no murió instantáneamente", aunque explica: "La cuerda se rompió y su compañero siguió cayendo, hasta el rombo central, que es donde le han encontrado". El escritor sostiene que lo único que podría corroborar que ambos alpinistas llegaron a la cima es la cámara que portaban para documentarlo, aunque aclara: "Es improbable que no saltara a otro lado, que en la caída no se hubiera roto en mil trozos, o que no se abriera y se volara el carrete".
Álvaro ve únicamente una posibilidad: "Que Jimmy Chin no se hubiera equivocado cuando dijo que el cadáver de Irvine estaba muy cerca del de Mallory, que es una posibilidad, y que el cadáver de Irvine fuera lanzado al vacío después, porque los chinos perdieron mucha gente en los años 60 y 70, y sabemos que luego, para que la gente no encontrara los cadáveres, hicieron limpieza", argumentaba el documentalista.