Netanyahu, mellizo de Putin

Madrid

Parecía que la masacre en Gaza era el límite de lo permisible. Y lo era, desde el punto de vista humano y humanitario. Pero se superó enseguida: 40.000 muertos, muchos de ellos, demasiados, niños y bebés. Los límites que hoy supera el Gobierno de Netanyahu son políticos, diplomáticos para la seguridad regional y, quizá, para la mundial de todos nosotros. Violar las fronteras, invadir otro estado independiente, es conducta prohibida por el derecho internacional, salvo excepciones que aquí no se dan. Y más si quien invade es un dirigente al que se le juzga también como presunto criminal de guerra en el Tribunal de La Haya.

Esta invasión rompe otra vez las reglas humanas y humanitarias de la guerra y crea desorden: ¿en qué argumentos basará Israel su defensa si su territorio fuese invadido? Atención a la respuesta de Irán. Netanyahu es, desde hoy, un mellizo de Putin. Así como el ruso justificó su ataque a Ucrania como una "operación especial", su hermano mellizo suaviza el suyo como una "operación selectiva". Matan las palabras; ¿qué esperar sino de los profesionales de matar a las personas?