Hora 25La cena de los idiotés
Sociedad

¿Ayudarías a una persona a engordar para que pueda someterse a una reducción de estómago? Nuevo episodio de 'La cena de los idiotés'

Aimar invita a cenar a Edu Galán, Ángela Quintas, Ángeles Caballero y Manuel Jabois

Madrid

Segundo episodio de la segunda temporada de "La cena de los idiotés" en Hora 25. En la cena de hoy Aimar invita a Edu Galán, Ángela Quintas, Ángeles Caballero y Manuel Jabois, cinco amigos que se enfrentan a varios dilemas, desde la mentira de una familia entera acerca del paradero de la mascota de una niña, hasta renunciar a la ética por conseguir fama y dinero.

La cena de los idiotés | 2x02 Vaquitas, leonas y el conejo Flofly

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Imagina que naces en el seno de una familia totalmente desestructurada. Tu infancia y adolescencia han sido realmente complicadas, y desarrollas un carácter muy ambicioso, en el que tu único objetivo es salir de ese mundo y no volver jamás. Añoras el éxito, el dinero y el reconocimiento. Por ello, te formas muchísimo para tener una carrera profesional muy destacada. En un momento de tu vida, te ofrecen un puesto como directiva en una empresa dedicada a la producción de medicamentos, y te dan un salario descomunal con la única condición de que seas capaz de llevar un medicamento a la mayor parte de la población posible; es decir, que desarrolles un fármaco de referencia en el mundo. Aceptas el puesto, y al poco tiempo, después de haber probado la medicina en seres humanos, te das cuenta de que en algunas personas con una determinada característica común el medicamento les produce la muerte. Si paralizas la producción, perderás el puesto con lo que eso conlleva, pero si no lo haces, mucha gente morirá por tu culpa. ¿Qué decisión tomarías?

Eres un abuelo y tienes una nieta que tiene un conejo como mascota llamado "Flofly". El conejo, al igual que la niña, va creciendo, hasta el punto de que se convierte en un alimento apetecible para toda la familia. Todos ellos tienen la idea de cocinarlo y hacer con él una buena paella. Ante esta situación, decides tomar una decisión y, sin consultar ni avisar a la niña, matas al conejo y haces una paella con él. La niña come de esa paella, por lo tanto, sin saberlo, se come a su propia mascota. Al llegar la noche, la niña comienza a preguntar por su conejo y tú le mientes diciéndole que se ha perdido. En ese momento, empieza todo un operativo de búsqueda totalmente falso para encontrar al conejo "perdido". Van pasando los días hasta que, poco a poco, a la niña se le va olvidando la desaparición de su mascota. Pero nace en ti un dilema: ¿deberías haberle confesado a la niña que se comió su propio conejo, o por el contrario, hiciste bien en ocultárselo?

Te dedicas al mundo de la nutrición, mejoras la vida de la gente, les enseñas hábitos saludables y disfrutas mejorando su amor propio. Un día, estando en la consulta, te llegan las primeras analíticas de un nuevo paciente de unos 45 años. Las examinas y observas que es una persona que tiene muchos problemas nutricionales relacionados con la obesidad. Al principio, piensas que seguramente querrá contar contigo para arreglar esta situación y cambiar por completo sus rutinas, pero cuando llega a la consulta, esto no es así. El paciente entra a tu despacho, se sienta, te mira fijamente y te dice: "quiero que me ayudes a engordar". Le preguntas ¿por qué? y te responde que necesita subir 10 kilogramos para realizarse una reducción de estómago por la Seguridad Social, pero lo quiere hacer de forma saludable por los grandes problemas de salud que tiene. Además, te dice que si no le ayudas, él se operará en Turquía, con unas condiciones de seguridad que no son las mismas que tendría en un hospital español. ¿Le ayudas o no?

Estás sentado en un avión, preparado para un largo viaje. Para amenizarlo, sacas el libro que estás leyendo ahora mismo, en el cual estás muy metido y te está gustando muchísimo. Te pones a leer, y en un momento dado, te das cuenta de que la persona de al lado está leyendo el mismo libro que tú, pero le llevas unas 5 o 10 páginas de ventaja. Te fijas en su libro y ves que no para de subrayar cosas e incluso tachar algunos párrafos, por lo que intuyes que no le está gustando. En ese momento, levantas la cabeza, miras a esta persona y descubres que es el autor del libro que ambos estáis leyendo. ¿Qué harías? ¿Le dirías que te encanta su libro a sabiendas de que a él no le gusta, o te quedarías callado, sin la posibilidad de trasladarle lo mucho que te está encantando leer su libro?

 
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