Israel Fernández, cantaor: "El sentimiento a veces no tiene el ole en el sitio"
Aimar Bretos entrevista al cantaor Israel Fernández y al guitarrista Antonio 'El Relojero'
Madrid
'Por amor al cante' es el nuevo disco del cantaor Israel Fernández, que ha contado en esta ocasión con la guitarra de Antonio 'El Relojero'. Un disco grabado en directo por algunas de las peñas flamencas a las que el cantaor manchego tiene más cariño. Un verdadero homenaje al flamenco más jondo y a los maestros que lo cultivaron. Para hablar de ello tenemos esta noche en Hora 25 a Israel Fernández y al propio Antonio 'El Relojero'.
Suena 'Yo voy a perder el sentío' para empezar la entrevista, uno de los cortes del nuevo disco. Se trata de unos fandangos que homenajean al cantaor de principios del siglo XX Manuel Vega 'El Carbonerillo', uno de los grandes genios de la historia del flamenco y uno de los padres del fandango. ¿Por qué recuperar la figura de 'El Carbonerillo'? "Es una forma de sentir nuestra desde chiquititos, nuestra banda sonora de pequeños y hemos intentado plasmar el sentimiento actual en este disco", explica el cantaor. "Más que actualizar, recordar. Dentro del recuerdo está ese homenaje con este pequeño fandango recordando esa forma de sentir y cantar tan bonita que él tenía. Y eso solo se hace con afición y con amor, como se ha hecho este disco".
Israel y Antonio se conocieron en el municipio madrileño de Colmenar de Oreja hace 12 años y se han reencontrado para hacer este disco: "Yo le escuché tocar, un toque especial que él tiene que a mí me llamó mucho la atención porque son los toques que a mí me recuerdan a lo que yo escucho en los discos de pizarra y de cilindro: Niño Ricardo, Miguel Borrull, Sabicas...", nos cuenta Israel Fernández. "Esta persona es un artista grande del flamenco porque lo siente así y tiene los dones que la naturaleza, Dios o quien fuera le ha dado. Nos conocimos por una cosa de la vida o la divina providencia y yo he tocado la guitarra por ahí con gente, pero no me he dedicado profesionalmente a la música. Mi oficio era relojero, pero yo toco la guitarra desde los 9 ó 10 años y lo único que me gusta es el flamenco, que he escuchado mucho y por eso soy capaz de acompañar a esta persona", explica Antonio 'El Relojero'.
Las entrevistas de Aimar | Israel Fernández
22:17
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La religión
La religión, la divinidad y la fe aparecen en la conversación, por lo que Aimar le pregunta a Israel Fernández si cree que la fe influye de algún modo en el arte: "Muchísimo. Yo una vez, era joven, tendría 15 años, y fui con un hermano a un taller de coches. Había un hombre muy mayor allí, que tendría 90 años. Yo no sé por qué le pregunté con qué no se podía vivir y me dijo que no se podía vivir sin fe. Me pudo dar mil respuestas: sin comer, sin amor... Pero me dijo que sin fe. La fe mueve montañas y te hace ser consciente de lo que uno quiere y dónde quiere llegar, aunque la vida siempre te pone donde ella quiere y manda".
"La fe siempre viene conmigo. La fe te hace disciplinado. La fe te hace arrepentirte también, quien no tiene fe no se arrepiente nunca", continúa Fernández. En este momento de la conversación, Antonio 'El Relojero' cuenta una experiencia que tuvo con la fe y un pariente al que encontró por casualidad en un cementerio: "Yo encontré a ese hombre sin saber dónde estaba ni nada. Por fe. Hay algo misterioso que me llevó a encontrarlo, muerto y todo".
¿Para cantar flamenco hay que estar alegre o hay que estar triste? "Para cantar flamenco tienes que vivir. Vivir contigo mismo, con tu propia verdad. Y luchar con tu propia verdad ya es bastante. Cuando tú luchas con eso salen los sentimientos a flor de piel y puedes escribir, puedes cantar con más pena, con más alegría, pero nunca con monotonía", reflexiona Israel Fernández.
La pureza del flamenco
"El flamenco no tiene raza ni nación ni color. Solo tiene un sentir y un padecer", dice el cantaor. ¿Cuál es el palo de flamenco más difícil de cantar? "Según como te pille el momento de inspiración, físicamente, sentimentalmente, pues uno lo defiende mejor un día que otro. Todo puede ser difícil. Como dijo alguna vez un tío mío, Antonio El Rubio: 'no hay cante grande ni chico, según quién lo haga'. Eso de juzgar no me gusta, me gusta más comprender", responde Israel.
Israel dice que se nota cuando el público que tiene en frente sabe de flamenco: "El sentimiento a veces no tiene el ole en el sitio, pero es verdad que cuando uno entiende y da el ole en el sitio... Puede haber alguna palma fuera de sitio que te saque de compás, eso sí". Antonio puntualiza en este momento: "El cante y la música en sí en directo es como transmite más. Las grabaciones pueden estar muy bien hechas, pero no es igual".
El artista manchego recuerda una frase de una cantaora gaditana, María La Sabina, que decía que "el cante tiene hora". "El cante tiene hora, a veces te pilla bien y otras mal", remarca Fernández. "Yo siempre tengo ganas de cantar, porque yo me expreso cantando. Es una manera de liberar mis sentimientos, pero a veces tienes más o menos ganas. Cuando tengo menos voy al escenario, veo al público, al guitarrista que me hace cualquier cosa y me digo: ya estoy aquí otra vez. El escenario activa el duende", concluye Israel. La entrevista termina con Israel Fernández y Antonio 'El Relojero' cantando por soleá.
Josema Jiménez
Periodista de Sanlúcar de Barrameda. Trabajo en la Cadena SER desde 2018. Antes en Hoy por Hoy, ahora...
