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San Sebastián 2024 | Leonardo Sbaraglia: "Ahora abres la boca y es un suicidio. Manipulan tus propias palabras para destruirte"

El actor argentino protagoniza la nueva película de su compatriota Diego Lerman, 'El hombre que amaba los platos voladores', una comedia sobre las fake news, los falsos gurús y la sociedad del espectáculo

Leonardo Sbaraglia protagoniza 'El hombre que amaba los platos voladores' / NETFLIX

Leonardo Sbaraglia protagoniza 'El hombre que amaba los platos voladores' / NETFLIX

San Sebastián

En los últimos años el cine ha intentado reflexionar sobre la elasticidad de la verdad, sobre los límites de la mentira y sobre el propio fanatismo de los medios de comunicación en una época en la que han convergido las noticias falsas en redes sociales y el auge de la extrema derecha. El asunto no es nuevo. Desde su propio nacimiento, el de la televisión y las imágenes, la tentación o el poder de moldear la realidad estaba ahí. El poder también de la propia ficción del cine. Esa línea de pensamiento le sirve al director argentino Diego Lerman para traer al presente una cómica historia, basada en hechos reales, sobre uno de los periodistas más populares de su país.

En 'El hombre que amaba los platos voladores' recupera la figura de José de Zer, famoso reportero de la televisión argentina de los años 80 que, aburrido de las noticias serias, emprende un viaje hacia la localidad de La Candelaria, en la provincia de Córdoba, para seguir unos extraños fenómenos que dos desconocidos le habían propuesto investigar. Y allí que se va este periodista megalómano dispuesto a todo para captar la atención del público en tiempos, como los de ahora, de dura competencia televisiva. A De Zer le acompañaba su inseparable cámara, conocido como Chango, un Sancho detrás de un Quijote que lo sigue en todas sus locuras por cuevas, cerros y minas. De ahí que en Argentina se popularizara aquello de ¡Seguime, Chango seguime!

Ese es el punto de partida de esta comedia con la que Diego Lerman compite en la sección oficial de San Sebastián tras títulos como 'El suplente' o 'Una especie de familia'. "Esto no es una biopic. Tomamos algunas notas, algunas referencias biográficas, pero no intenta contar su vida, sino hacer y ficcionar de manera también arbitraria algo del recorrido. Obviamente haciendo la investigación en la creación del personaje, la referencia era José, una figura popular muy popular en Argentina. Pero había algo también del recorrido del hombre de espectáculos que pasa a las noticias y también está el drama humano. Es un hombre que está enfermo y está en tensión con la muerte a través de la creación del deseo de un montón de cosas. Así que confluían un montón de cuestiones. Tenía muchas ganas también de adentrarme en algo relacionado con la comedia", explica el director del origen de este proyecto que distribuye Netflix.

Diego Lerman va de la mano de uno de los grandes intérpretes del cine argentino, Leonardo Sbaraglia, que aquí, con su pelo platino es tanto un explorador inquieto y lunático como un reportero caradura en busca de éxito. "Es un regalo la posibilidad de interpretar a un personaje tan variopinto, con tantas facetas. Tiene mucho de ternura, de gracia, de fábula, de cantamañanas, pero al mismo tiempo atesora una intención muy vital, una intención que va en contra de la oscuridad, en contra de la muerte, en contra de la enfermedad. Va encontrando los resortes para poder enfrentarse quizás mejor a ese misterio, a ese misterio de lo que hay más allá y que no podemos entender, que no podemos explicar y que muchas veces no podemos asumir. Y, de algún modo, el arte, la poesía, la metáfora, la capacidad de generar ficción, está ahí, de eso habla también la película", reflexiona el actor en conversación con la Cadena SER.

Bajo esas capas de comedia y la anécdota de un tipo que le hizo creer a la gente lo que él quería creer, la 'El hombre que amaba los platos voladores' habla de los procesos del cine y de la propia ficción, de las ficciones que nos contamos a nosotros mismos para sobrevivir, y de la necesidad de creer. También de cómo el capitalismo monetiza eso. En este caso intentando que ese pueblo sea un foco turístico de fenómenos paranormales. "Siempre que uno piensa, qué suerte que nos dedicamos al arte, qué suerte que pintamos, qué suerte que hacemos música, que actuamos. Son elementos que nos reparan, que nos sanan, que nos dan como las herramientas para poder enfrentarnos y para poder construir del dolor o del horror a la luz. El personaje es un tipo que ha encontrado la capacidad encontrar un camino de mucha creación y de mucho deseo. Es fascinante convivir con ese misterio de lo que no conocemos y no sabemos explicar", dice el actor, y se suma el director. "Siempre está de fondo en qué creemos y en qué no elegimos creer, es algo que atraviesa la humanidad desde hace miles y miles de años desde a través de diferentes culturas y en formas de religión, dioses monoteístas, politeístas, brujería, lo que quieras, pero es algo que está en las sociedades de la humanidad desde siempre".

En la película está esa aventura lunática, megalómana y la vez sanadora, y también resuena hoy el manejo de la información en los medios de comunicación, y cómo se puede deformar, retorcer y moldear la realidad en pos del espectáculo o intereses económicos o políticos. Algo a lo que hemos dado muchas vueltas en los últimos años con las fake news. "La manipulación periodística siempre existió. Obviamente en el mundo de hoy, donde se habla de posverdad, donde hay una espectacularización no solo de los medios de comunicación, de las noticias, sino de la política, es muy difícil discernir. Hay un bombardeo constante de información y discernir qué es real, qué, de dónde se nutre, es complejo. Hasta el periodismo mismo está desacreditado en un punto frente a los jóvenes, más pendientes de las redes sociales", aporta Lerman y Sbaraglia de arranca a explicarlo de manera más práctica tras recordar cómo participó en un acto de apoyo a un cine y sus palabras se tergiversaron según los bandos de esta sociedad polarizada.

"Cada quien está viendo un pedazo diferente de la torta y eso genera un nivel de confusión tremendo. Solamente con un rótulo en la televisión te destruyen. Y además con mis mismas palabras, o sea, no me tienen que cambiar una palabra y, sin embargo, manipulan esa información de tal manera que te pueden destruir. Y eso es lo que le llega a la gente. Y eso es lo preocupante, porque porque abres la boca y es un suicidio. Entonces es muy preocupante. Hay que estar muy atentos y empezar a ver de qué manera se desarma eso. Yo creo que es muy difícil. No sé si es imposible. Yo soy una persona esperanzada y optimista", cuenta el actor que también vive con cierto desánimo la situación actual del cine argentino tras el desmantelamiento por parte del Gobierno ultraderechista de Milei del instituto de cine.

De hecho, hoy en el marco del propio Festival de San Sebastián, se ha organizado un acto de apoyo a la cinematografía argentina en un momento de ahogo económico y persecución mediática y política contra los artistas, los creadores y los festivales. "Lo que está en riesgo es que perdamos nuestra identidad. Por ejemplo, esta es una película de Netflix pero es 100% argentina y se nutre también de técnicos y de artística argentina, gente que también se ha formado en escuelas públicas argentinas y educado en escuelas públicas argentinas. Las película son también el resultado de esa formación que todos tenemos. Vamos a seguir defendiéndolo, vamos a ver hasta dónde nos dejan y cuál va a ser el alcance del daño que se está pretendiendo hacer desde el otro lado", concluye el actor.

 
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