Victoria contra pronóstico
El canciller Olaf Scholz hallará alivio en estos resultados, pero mejor será que encuentre estímulos para relanzar el crecimiento
Barcelona
Han ganado los socialdemócratas en Brandeburgo, la región que rodea Berlín. No será una victoria tan jaleada como la de la ultraderecha en Turingia y su segundo puesto en Sajonia. Tendrá menos eco porque lo nuevo es que gane el facherío, no uno de los grandes partidos democráticos. Y aún más, siempre tiene más morbo que gane en una elección regional el partido más contrario al Gobierno federal, y pierda el que le apoya.
Por suerte para el SPD, el resultado actúa en modo contra-morbo. El avance de la izquierda se produce contra los pronósticos de las encuestas. Y ya se sabe que en la concienzuda, laboriosa y minuciosa República Federal, las encuestas suelen clavar los resultados, casi al milímetro.
Dos son los factores principales de la victoria. El carisma del dirigente del land, Dietmar Woidke. Y los buenos resultados prácticos de su gobierno, que ha logrado un avance considerable del crecimiento económico.
Esta es una buena lección para el partido socialdemócrata a nivel federal. Los alemanes votan con la mirada en el bolsillo, y con la frente centrada en la economía. La economía de la república está presa del “rigor”, casi del “rigor mortis”. No es que registre recesión, marcha atrás; sino parálisis, enquistamiento. Cierto que el canciller Olaf Scholz hallará alivio en estos resultados. Pero mejor será que encuentre estímulos para relanzar el crecimiento. O pronto se convertirá en una página olvidada de la historia.
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...