Resolución-fiasco

Barcelona

Fiasco de Resolución en el Parlamento Europeo. Edmundo González Urrutia es seguramente el presidente electo y legítimo de Venezuela. Así lo pensamos muchos, porque la enorme mayoría de las actas con los recuentos de papeletas lo apuntaba. Pero no todas. Por eso, más que hacer declaraciones grandilocuentes de escaso efecto, convenía seguir con la exigencia al régimen de Nicolás Maduro de que publicase, de que publique los resultados completos y verdaderos.

De modo que la resolución de Estrasburgo es un fiasco. Porque solo congrega a medio hemiciclo. Porque rompe el cordón sanitario contra la ultraderecha. Porque supone la entrega del Partido Popular Europeo a manos de esta, que tiene muy poca entidad como ejemplo de democracia. Y porque no es vinculante. Ni siquiera se atreve a pedir que la Unión Europea y los 27 gobiernos se sumen al reconocimiento. Sin eso, no hay más que humo.

Este episodio, muy voceado pero inútil, repite el error del reconocimiento precipitado de Juan Guaidó. No es serio para con los ciudadanos venezolanos. Y perjudica al Parlamento Europeo: parece devolverlo a la época en que era una cámara meramente declarativa, simbólica y prescindible.