Es una realidad que los más mayores siempre repiten y nunca nos terminamos de creer, pero es cierta. Los pueblos son los mejores lugares para que crezcan los niños. En esta época veraniega, muchos jóvenes están pasando las vacaciones en los pequeños pueblos familiares y los padres son conscientes de que sus hijos son más felices en estos entornos que en las grandes ciudades, y ellos también. Pero esto no es solo una percepción, es ciencia. En «Hoy por Hoy», José Luis Sastre se ha rodeado de los científicos Adrián Castillo y Olalla Prado para hablar de los cambios que sufre el metabolismo de una mujer durante el embarazo. En esta conversación, los expertos han hablado de la importancia de que los padres liberen energía en la crianza de sus hijos, algo que solo se puede conseguir en pueblos o ciudades más pequeñas donde las relaciones sociales son más estrechas. «Es extraordinario que los humanos no solo ahorren energía a nivel fisiológico, sino también a través de la conducta. Esto nos diferencia de los primates, si tenemos que ponerle un nombre a esta conducta hablaríamos de crianza cooperativa», indica la investigadora Olalla Prado en el programa matinal de la SER. La científica explica que los seres humanos «ahorramos mucha energía al involucrar a otros miembros del grupo, ya estén emparentados genéticamente o no» y que estos círculos sociales que nos ayudan en la crianza de los hijos «nos ayudan mucho a ser más existosos». Para Adrián Castillo, científico de «Hoy por Hoy», esta optimización de energía «es una paradoja». «Actualmente, en ciudades como Madrid y Barcelona, en las que hay millones de personas y tenemos una gran cantidad de gente que supuestamente puede ser cercana, es más complicado tener hijos que en un pueblo porque las relaciones humanas son menos estrechas», indica Castillo, que explica que esto se debe a que en las grandes ciudades los padres no tienen tantas oportunidades para ahorrar energía, es decir, viven menos tranquilos. Para Castillo, en las ciudades «tenemos menos posibilidades de que los abuelos o amigos nos puedan ayudar a ahorrar energía para que los padres puedan hacer otras tareas que son muy caras de mantener y ayudarían a criar al hijo de una forma más exitosa a nivel metabólico». Por lo tanto, según la ciencia, es más saludable criar a un hijo en un pueblo que en la ciudad porque es más fácil ahorrar energía en un entorno más familiar.