Menos sueño, más cansados, peor carácter y confusiones: así afecta el calor a nuestro cerebro
España se enfrenta este fin de semana a la cuarta ola de calor del verano, con temperaturas de más de 40 grados en puntos del norte peninsular
Menos sueño, más cansados, peor carácter y confusiones: así afecta el calor a nuestro cerebro
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Madrid
La de este fin de semana es ya la cuarta ola de calor que vive España desde el inicio del verano. Olas de calor que han hecho que el pasado mes de julio haya sido el segundo más calurosos de la historia del planeta y que estos próximos días dejarán temperaturas por encima de los 40 grados en zonas de Andalucía, pero también del norte peninsular, como en el País Vasco o Navarra. Los termómetros suben y con ellos también aumentan las consecuencias que sufre nuestro cerebro.
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El efecto, que en ocasiones se puede asemejar a la sensación de que se nos derrite el cerebro, se explica con que el hipotálamo, la parte que controla la temperatura corporal, centra todos sus esfuerzos en reducir los grados de nuestro cuerpo. "Cuando las temperaturas son muy elevadas y la temperatura del cuerpo aumenta demasiado tenemos un déficit de atención precisamente porque ese hipotálamo no se está centrando en esa función", asegura José Ángel Morales, neurocientífico, que sitúa a esa desconcentración como el primer cambio que produce el calor en nuestro cerebro.
Y no es la única. Explica Morales que, junto a ese déficit de atención, el calor también provoca cambios en el comportamiento. "Estamos más cansados, estamos más apáticos, nos irritamos más fácilmente y tenemos más estados de confusión", señala. "Todo esto es consecuencia de esa falta de comunicación y esa lentitud de comunicación en las neuronas".
Son unos cambios a los que se añaden otros como la pérdida de equilibrio, una disminución de la capacidad motora o la falta de sueño. Este último, precisamente, es uno de los que más notamos y se debe al deterioro de nuestro cerebro, que con el sobre esfuerzo por regular la temperatura corporal no sabe si tiene que inducirnos al sueño o despertarnos.
Frente a estas consecuencias provocadas por el calor en nuestro cerebro, los expertos han elaborado una serie de recomendaciones. "Evitar exponernos al calor, estar siempre en las zonas más frescas y, lo más importante, tratar de no deshidratarnos", explica el neurocientífico. Son los consejos más básicos, los más tradicionales, pero, también apunta Morales, los más efectivos si queremos darle un respiro a nuestro cerebro durante los días más calurosos.