Los guías turísticos apuestan por un modelo de convivencia entre locales y turistas: "Un intercambio cultural que sea enriquecedor para ambas partes"

El 20 de abril fue la casilla de salida de un movimiento ciudadano contra el turismo masivo que alzó la voz en Canarias y que ha tenido réplica en muchos puntos del país. Cerca de 60.000 personas se manifestaron en las siete capitales de las islas. Desde entonces, le han seguido Baleares, Barcelona, Madrid, San Sebastián o Granada. La ciudadanía ya ha exigido un cambio en la gestión del sector para controlar el impacto de los pisos turísticos en la vivienda, con precios inasumibles que expulsan a los vecinos; y que proteja a los negocios tradicionales que se ven asfixiados por alquileres comerciales estratosféricos.

Son cuestiones a las que alude Silvia Romero en un vídeo que ya es viral en redes sociales y que compartió desde su perfil de Instagram @afriendinthecity. Es guía turística en Barcelona y explica a sus clientes que “los pequeños comercios están cerrando y que la gente se está yendo de la ciudad”. A esto añade que “escucha decir a sus amigos que odian a los turistas”.

En declaraciones a la SER, Silvia Romero rememora una reflexión que “sintió que era buen momento para hacerla”. La guía asegura que es necesario volver al sentido del viaje: “Viajar para aprender, para culturizarse, para conocer qué ocurre en el destino y salir de la concepción de hacer una visita solo para fotos que hemos visto en redes y que fácilmente las podemos obtener con la IA”. Argumenta que la cultura no es solo el arte: “Cultura también son los problemas sociales de un sitio, la política, los negocios y todas las personas que viven allí”. De esta manera, apuesta por construir un modelo que afiance la convivencia pacífica entre los locales y turistas: “Un intercambio cultural que sea enriquecedor para ambas partes”.

Son valores que los guías turísticos quieren promover, además de ofrecer alternativas al viaje consumista y del postureo. Juan Ignacio Vázquez, delegado de la Federación Europea de Guías, explica que buscan la “auténtica experiencia local” gracias al conocimiento de estos profesionales sobre la ciudad que muestran y que posibilita recorrer otros circuitos más allá de los netamente turísticos. Igualmente, alude a la necesidad de trasladar a sus clientes que “deben respetar a la población local e interferir lo menos posible en su actividad habitual”. Por otro lado, Vázquez explica que cada vez más se apuesta por auriculares inalámbricos para evitar el uso de altavoces en las explicaciones. De hecho, en ciudades como Barcelona o Valencia se han prohibido. Fuera de nuestras fronteras, en Venecia, se han vetado hace tan solo una semana.

Los guías turísticos también buscan equilibrar el disfrute de los visitantes con la protección del medioambiente. “Recomendamos el uso de botellas de agua recargables, que utilicen lo menos posible los envases de plástico desechables o explicamos el uso de los contenedores”, asegura Luis Larrea, guía turístico en Córdoba. Cuenta con la certificación Biosphere, que otorga el Instituto de Turismo Responsable. En su opinión, “las visitas guiadas sostenibles son una muestra de cómo el turismo puede transformarse y ser una fuerza para bien”.

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Más regulación de la profesión

El colectivo profesional tiene sus propias reivindicaciones derivadas precisamente del modelo turístico que impera en España. Almudena Cencerrado, presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Guías de Turismo, argumenta que ese modelo "rompe muchas veces con lo que defienden los propios profesionales". Por otro lado, insta a no meter "en el mismo saco a los guías habilitados y a los que no lo son": "Nosotros pagamos nuestros impuestos, tenemos nómina y no cobramos con propinas". Por esta razón, desde CEFAPIT reclaman un control sobre los free tours y más regulación de su profesión para distinguir a los guías que son habilitados por las comunidades autónomas de aquellos que no lo son.