"Me gustaría vivir en un pueblo para sentirme menos agobiada": la reivindicación de los jóvenes que luchan por recuperar el entorno rural

Durante los últimos años se ha hablado y debatido mucho sobre el concepto de la España vaciada. Los datos han llegado a ser preocupantes, por eso es importante que programas como PRUEPA (el Programa de Recuperación de Pueblos Abandonados) entren en juego para intentar evitar esta situación.

La asociación lleva 40 años cumpliendo el objetivo de motivar a niños de instituto viviendo en pueblos con el fin de acercarlos al mundo rural. Alejandro Pedreño desde Bubal (Huesca) y Andrea Contreras desde Umbralejo (Guadalajara) han explicado en La Ventana su participación y opinión en este programa.

¿Cómo es la vida en un pueblo?

El joven ha empezado comentando lo que hacían en este programa, que estaba basado en lo que ellos denominan "tajos". Estos tajos se traducen en trabajos que consisten en podar, cuidar animales y darlos de comer, explica el joven.

Trabajar y vivir en un pueblo sin habitantes trae consigo dejar algunos hábitos de la gran ciudad como el uso de las tecnologías. Y aunque esto pueda parecer un factor determinante, el invitado ha dejado claro lo siguiente: "No tengo ningún problema en estar sin móvil".

Por otro lado, ha declarado que lo mejor de esta experiencia son los compañeros que le rodean: "Aprendes más cosas que en un campamento. He aprendido cosa de la naturaleza y a convivir mejor". En esto coincide con lo que piensa la joven invitada, que ha admitido que "no he echado de menos el móvil ni las redes porque estábamos entretenidos".

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Incluso la adolescente ha llegado a admitir que en un futuro viviría en un pueblo: "Siempre han estado en contacto con el mundo rural. Me gustaría más vivir en un pueblo y así no sentirme tan agobiada y disfrutando de los animales".

La cabeza pensante de PRUEPA Umbralejo

El coordinador del programa PRUEPA en Umbralejo, Serafín Cabañas, ha explicado en qué consiste esta iniciativa que lleva 40 años en vigor. El objetivo, según el coordinador, "es que se acerquen al mundo rural y vivan experiencias que no han podido tener".

Sobre todo, el fin de todo es que estos jóvenes visualicen que la vida en los pueblos es real: "Se puede volver a vivir". A día a de hoy, los tres pueblos son centros escolares por los que sería inviable que se repoblasen.

Lo que está claro es que los pueblos han cambiado mucho desde que el proyecto empezó hace 40 años y gracias a esta reconstrucción. De momento, en el proyecto son solo tres pueblos que tienen este objetivo y aunque, de momento, el coordinador no piensa en ampliar con más pueblos, seguirán trabajando en esta iniciativa.