Radiografía de una 'turismofobia' que no para de crecer o el intento de poner coto a los récord de visitantes
Las cifras del turismo son abrumadoras y también su impacto económico
El milagro del turimo que estamos viviendo tras la pandemia y que está dejando récords de ingresos y de empleo está dejando también un rechazo social que se ha ha bautizado como 'turismofobia'. Hay un pulso en las cifras entre el récord de visitantes y el rércod de manifestantes contra el turismo que estamos viendo. Las cifras del turismo son abrumadoras y también su impacto económico. Sólo este verano, junio, julio y agosto, van a visitar España 41 millones de turistas, un 13% más que el año pasado. A final de año, habrán pasado por nuestro país 90 millones, casi el doble de población del país.
Es un récord para un verano al que va a superar otro: el récord de gasto turístico porque se van a dejar aquí 59.000 millones de euros, un 22% más que el año pasado y, como consecuencia ese turismo va a crear 79.000 empleos más, según las previsiones de FRONTUR.
El impacto del turismo es tal que:
- El PIB turístico en España crece al 4,6%, el doble que loque lo hace el resto de la economía.
- De cerrarse así el año, superará por primera vez este año los 200.000 millones de euros (en concreto 202.651 millones de euros, según Exceltur.
Conclusión: la contribución del turismo a la economía española será este año del 13,2% en 2024, es decir, de cada 100 euros que mueve nuestra economía, 13,2 son por el turismo.
Frente al récord de la gallina de los huevos de oro está el récord de los que protestan. En los últimos tres meses hemos vivido un récord de movilizaciones contra este modelo turístico. Protestas en las ocho mayores capitales del país porque esos visitantes dejan una demanda de vivienda turística que dispara el precio de la vivienda en general, servicios saturados, precios disparados, etc...
La manifestación más significativa que hemos vivido es la que reunió a 56.000 personas en las Islas Canarias. Pero es que han salido a la calle:
- 10.000 personas en Mallorca.
- 5.000 personas en Málaga.
- Miles de personas en Alicante y Cádiz.
Y ha habido otras manifestaciones en Sevilla, San Sebastián, incluso en Madrid, en el barrio de Lavapiés. Aunque quizá la imagen que más ha dolido porque ha sido retratada por todos los tabloides británicos es la de activistas en Barcelona disparando con pistolas de agua a los turistas para que se larguen de restaurantes, zonas, etc. Esa “caza al turista” ha sido capturada en toda la prensa británica.
Ante las cifras de la protesta, ¿qué ha hecho la política? ¿Qué respuestas o soluciones se están dando ante este dilema aquí o fuera de aquí?
Empecemos por lo más voluntarioso: la educación. Nivel uno. Lo ha hecho alguien lejos de España: Amsterdam. Allí van hombres jóvenes buscando, alcohol, drogas y una prostitución que es legal, así que el ayuntamiento publicitó una campaña titulada 'Stay away' (Mantente lejos).
Empieza con una botella rota y con una advertencia: ¿buscas una noche loca y desfasar? Te esperan, dice el ayuntamiento, una detención policial, una multa de 140 euros, antecedentes penales. 'Mentente lejos', dice.
Bueno, esa campaña ha fracasado estrepitosamente y las campañas educativas que hemos tenido aquí también.
Nivel dos. Aumento de sanciones, supervisión y controles más firmes por parte de gobiernos municipales. Varias ciudades han introducido “Ordenanza de Medidas para Fomentar y Garantizar la Convivencia Ciudadana en el Espacio Público”, así se llama la de Barcelona, que dicta, por ejemplo, que ir por la ciudad sin camiseta o en bañador te expone a:
- Multas de los 120 hasta los 300 euros en Barcelona.
- Entre 300 y 700 euros en Málaga.
- También rige en Alicante, Baleares, Marbella.
Esto también ha fracasado. Ni siquiera las tasas turísticas han frenado la llegada de turistas. Han engordado las arcas municipales sí, pero no han frenado el turismo.
Nivel Tres. Es en el que estamos aohra y supone un amplio abanico de intentos de freno. Desde los anticapitalistas, que niegan que el derecho a viajar sea un derecho fundamental y que apoyan prohibir un número de turistas, hasta los propios hoteleros que defienden cobrar más para que vengan menos visitantes, pero quizás más rentables. Probablemente esto, subir precios, es en lo que estamos pero, volvemos al principio, esto tampoco está frenando el turismo: 41 millones de visitantes esperamos este verano.
