¿Qué diferencia hay entre que la ventana de mi casa dé a una carretera o a un parque? La importancia de elegir bien dónde vivimos

Queda atrás la estación de Batán, en Madrid. Si se gana terreno de frente, arrecia la sonoridad de la brecha de asfalto a la que Rosa tiene vistas en primera línea. Vive justo encima de la A-5, la autovía del Suroeste, donde cada día circulan 80.000 vehículos: “Estás al lado del mayor pulmón de la capital, que es Casa de Campo, y aun así te estás tragando cantidad de gases horribles y soportando mucho ruido”.

La charla comienza en el salón, la parte tranquila del piso: “Estas ventanas no se ensucian como en la otra parte. El paño sale con una porquería negra que, claro, llega a los pulmones”. El piso de Rosa tiene tres habitaciones que dan a la A-5, entre ellas, su dormitorio: “Lo peor son las horas punta, tanto de la mañana como de vuelta del trabajo u operaciones salida por las vacaciones”. Rosa asegura que cada mañana aguanta más de hora y media las retenciones matutinas. También lamenta que, cuando el tráfico es fluido, se circula a 70km/h: “Pusieron un radar y ahora no se supera esa velocidad, pero la máxima tendría que ser de 50 al ser una travesía”.

La velocidad influye en los niveles de toxicidad del aire y de la contaminación acústica. "En España mueren más personas por patologías relacionadas con la polución que las que fallecen por cáncer de pulmón", explica Ángel López, neumólogo jubilado y exjefe del Servicio de Neumología del Hospital 12 de Octubre. También vive en la zona de Rosa y asegura que varias asociaciones de vecinos, como la de Casa de Campo-Batán, han medido la acumulación de dióxido de nitrógeno en las inmediaciones de la A-5: “Hemos hecho cinco recogidas de datos entre 2022 y 2024. En todas ellas, se superan los niveles defendidos por la Unión Europea este año, de 20 µg/m3”. Cerca de un instituto, añade, los valores superaban los 88 µg/m3 y 100 µg/m3: “Estos datos los confirmó una unidad móvil del Ayuntamiento de Madrid en marzo de 2023, porque estos valores no los capta la red municipal de estaciones fijas.

La Eurocámara aprobó en abril reducir a la mitad los niveles máximos de dióxido de nitrógeno, pasando de 40 µg/m3 a 20 µg/m3. Los Estados deben cumplir en 2030 con este nuevo requisito para mejorar la calidad del aire. No obstante, pueden pedir una prórroga de hasta diez años.

El 28% de la población sufre contaminación acústica

El retraso cognitivo en niños y jóvenes, mayor inclinación a sufrir demencia o hipertensión arterial son algunas de las dolencias a las que alimenta la toxicidad del aire por el tráfico. Si bien, la contaminación acústica es otra de sus consecuencias y tiene serios impactos sobre nuestra salud. El Centro Nacional de Salud Ambiental - ISCIII asocia en sus estudios el ruido con los ingresos hospitalarios urgentes por esclerosis múltiple o como factor de riesgo para ingresos urgentes por trastornos mentales.

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“En España, cerca de 9 millones de personas soportan niveles medios de ruido superiores a 65 dB”, según Francisco Javier Sánchez, del Área de Contaminación Atmosférica del CNSA-ISCIII. La OMS considera perjudicial para la salud los valores por encima de los 65 dB que equivale a un aspirador, un grupo de gente conversando en voz muy alta, un restaurante abarrotado o un teléfono sonando cerca del oído. Una calle con mucho tráfico alcanza los 75 dB.