Política de batalla

Madrid

Barbel Bas es una diputada socialdemócrata alemana de 56 años que ocupa la presidencia del Bundestag, la cámara baja del parlamento alemán, por así decir, el Congreso de los Diputados de allí. La señora Bas lleva tres años en el puesto y está harta. Harta de ver como cada vez más se interrumpe a quien está en el uso de la palabra. Harta de que se lancen insultos. Harta de la falta de respeto que se muestran los diputados y de que no hagan caso A sus advertencias. Parece que el ruido no ha dejado de crecer desde que entraron en el Bundestag los representantes del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania. Así que la señora Bas se dispone a tomar medidas y ha pedido que le dejen aumentar el importe de las multas por mal comportamiento. Piensa, con mucha razón, que se puede intentar poner coto a lo que ella llama “arrebatos antisociales” de los diputados, rascando el bolsillo de los maleducados. Cuanto más repitan, más cara la multa. Cree que si los reincidentes tuvieran que pagar 4.000 euros cada vez que les saca tarjeta amarilla y no le hacen caso, es muy probable que tuvieran mas cuidado con la lengua. Parece una excelente idea, aplicable a otros parlamentos del mundo, por ejemplo, el nuestro.. Y el diario británico The Guardian, que recoge las declaraciones de la presidenta del Bundestag, recuerda que fue el parlamento inglés en 1604, si han oído bien, al principio del siglo XVII, el que primero impuso a los diputados la obligación de no atacarse personalmente. Que tiempos aquellos, el siglo XVII.