“Masturbación con sentidiño… y con cierta cadencia”: Jabois y la app antiporno

Madrid

"Es un debate bastante enjundioso, por utilizar una palabra que este año creo que no he utilizado nunca. La regulación de determinadas costumbres privadas o la intromisión del Estado en esas costumbres me suele interesar más cuando al otro lado, por ejemplo, en este caso, puede haber explotación, esclavitud o tráfico de personas. Es decir, me interesan más quiénes están dentro de la pantalla, y si están libremente, y no tanto las personas que están fuera. Eso no significa que sea tan despreocupado como para pensar que el consumo de pornografía cuando es compulsivo no es un problema, sobre todo en menores. Creo que sí lo es. Creo que también lo es en adultos. Genera adicción, creo que atrofia las relaciones sexuales, las distorsiona, las acaba de alguna forma reventando. Cualquier sexólogo o sexóloga recomienda, puede recomendar, la masturbación como todo: con sentidiño, con cierta cadencia. Pero suelen decir siempre algo: siempre mejor usando la imaginación y no las pantallas. Yo nunca he creído que la prohibición acabase con aquello que se quiere prohibir, esto lo sabemos desde Al Capone y desde mucho más atrás. Creo bastante más en la educación que en la restricción. Si tu hijo adolescente quiere beber, puedes prohibírselo las veces que quiera que, si le da la gana, va a beber. Y si tu hijo adolescente, o peor, preadolescente quiere ver porno en internet, internet se encargará de que lo vea. Así que valoro la intención del Gobierno, comparto su preocupación, pero esta medida, con perdón, me parece que tiene un aire a colegio religioso. Yo soy padre de un hijo de 11 años y te puedo asegurar que no me gustaría que creciese creyendo que el sexo consiste en lo que echan en un portal de internet. Me gustaría que, cuando tenga más edad, comprenda que todo lo que pasa delante de una cámara en el porno, en la comedia, en el drama y en todo junto a la vez, casi siempre es ficción".