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"No sé si hoy habría esa movilización social si matasen a una mujer negra": los directores de la serie 'Lucrecia: un crimen de odio'

Aimar Bretos entrevista a David Cabrera y Garbiñe Armentia, directores de la serie documental 'Lucrecia: un crimen de odio'

Madrid

El 13 de noviembre de 1992, en Aravaca, en Madrid, cuatro neonazis asesinaron a Lucrecia Pérez mientras dormía en las ruinas de la discoteca Four Roses. Era una mujer dominicana de 33 años, casada, con una hija y que llevaba muy poco tiempo en España viviendo de manera irregular. Aquel fue considerado el primer crimen racista cometido en España. Disney+ ha estrenado la serie documental 'Lucrecia: un crimen de odio', que narra el asesinato, la posterior investigación y el desarrollo del juicio. Todo ello a través de material de archivo inédito y testimonios de aquellos que lo vivieron en primera persona. En 'Hora 25' hablamos con sus directores: David Cabrera y Garbiñe Armentia.

¿Quién era Lucrecia Pérez? "Era una mujer de Vicente Noble, un pueblo pequeñito y muy deprimido de República Dominicana, que decidió dejar su vida atrás, incluso a su hija de seis años, para migrar a España en busca de una vida mejor, en busca de mejor economía, como dice su hija Kenia. Llegó a España y, treinta días después, la asesinaron", cuenta Garbiñe. "Katie, una mujer dominicana muy joven también que estaba con ella en la habitación, recuerda que lo último que pronunció fue: no sabía que venía a morir aquí a España", explica David.

Y continúa: "Era lo último que esperaba. Muchas de las mujeres dominicanas con las que hemos hablado tenían la imagen de lo que era España para ellas, ese lugar dorado en el que veían en televisión, las que tenían, las Olimpiadas, la Expo 92 en la que España estaba lanzando al mundo un mensaje de puente de culturas, de una modernidad, de una sociedad acogedora. Lo último que esperaban al llegar aquí es que iban a encontrar la muerte. Por fortuna, solo ella encontró la muerte, pero muchas otras no encontraron un comité de acogida, de bienvenida".

Motivos y lugares

¿Por qué mataron a Lucrecia? "Ha sido la pregunta que a nosotros nos ha motivado a hacer esta serie", cuenta Armentia. "No hay una respuesta fácil, yo no te voy a poder decir por qué la mataron. Precisamente, la serie bucea en ese contexto social y en cuáles fueron las circunstancias que provocaron que un primer conflicto de convivencia en el barrio de Aravaca acabara cogiendo vuelo y alentando a cuatro personas que, en un momento dado, desde la Plaza de los Cubos, deciden, como dicen ellos, ir a dar un susto a los negros que acabó desembocando en el crimen".

La Plaza de los Cubos de Madrid es un lugar muy céntrico que fue el epicentro de los skin heads y los neonazis en el Madrid de los años 90. Así lo explicaba Cabrera: "Cuando empezamos a hacer preguntas y a reunirnos con gente para conocer la historia, cualquiera que hubiese vivido en el Madrid de los años 90, en cuanto mencionabas la palabra 'Plaza de los Cubos', saltaban como un resorte y el relato era unánime: había que pasar de largo por allí, había que huir de allí. Todo el mundo conocía o bien él mismo o bien un conocido que había sido agredido. Por cualquier motivo: por tener el pelo largo, por tener gafas, por supuesto por ser negro... No eran muy rebuscados los motivos que podían provocar que esa comunidad de gente simpatizante de la extrema derecha, de la ultraderecha, de los Ultra Sur, de Bases Autónomas, grupúsculos muy activos en ese momento, hicieran de esa plaza su zona cero de la violencia".

España, ¿un país racista?

A lo largo del documental, se dan pinceladas sobre lo que opinaba la gente de la España de la época sobre el racismo: "Yo creo que era una sociedad muy poco autoconsciente y que no se consideraba a sí misma como racista", reflexiona Armentia. "Hay que pensar que era el inicio de la llegada de los primeros inmigrantes. La población inmigrante en realidad era muy pequeña, el 2%. Esa falta de autoconciencia lo notas en los testimonios, esa gente de la calle que reacciona y da sus impresiones sin filtros. Ellos a sí mismos no se ven como racistas, es nuestra mirada ahora la que pone la etiqueta y lo categoriza porque, en ese sentido, somos mucho más autoconscientes".

Desde nuestra mirada de hoy espantan declaraciones como las de José Luis Corcuera, el ministro de Interior del Partido Socialista del año 1988 a 1993, que dice en un corte de archivo que aparece en el documental: "Probablemente nos encontramos ante uno de los problemas más serios que puede tener España. Un inmigrante ilegal, que está ilegalmente en España, puede aparecer en cualquier medio de comunicación exigiendo que se cambie la ley de extranjería. Pues mire usted, eso a mí me molesta y estoy seguro que a muchos españoles también".

"El eco del crimen de Lucrecia llegó a toda España. En mi memoria había quedado absolutamente sepultado por aquel recuerdo más amable de las Olimpiadas, de la Expo 92, de nuestra modernidad. Para mí era un vago recuerdo la historia de Lucrecia. Y cuando empezamos a mirar archivos y dijimos: pero si esto sacudió a la sociedad española como pocas veces había sucedido y como creo que desde luego no ha vuelto a suceder. Toda España, en las imágenes de archivo se ve, salió posteriormente al crimen de Lucrecia a manifestarse en contra del racismo. Me pregunto si hoy en día porque matasen a una mujer negra inmigrante, generaría tal movilización social. Tengo mis dudas", reflexiona el director David Cabrera.

Los asesinos de Lucrecia

Los directores ofrecieron a los asesinos la posibilidad de participar en el documental: "Lo primero que intentamos fue, por educación, explicarles que estábamos haciendo esta historia que, evidentemente, apelaba a sus vidas y, segundo, ofrecerles la posibilidad de participar. Entendieron que para ellos no tenía interés participar. Puedo entender perfectamente que son cuatro personas que pagaron su pena, han rehecho sus vidas y quizás lo último que desean es volver a dar la cara. Aunque realmente hubiese sido interesante, en función de qué discurso mantuviesen, saber sus motivaciones, qué les inspiraba, qué temían, por qué participaron en aquello y también, con el paso del tiempo, cómo han procesado, qué aprendizaje les ha dejado todo este suceso", cuenta Cabrera. "Hemos tenido conversaciones, pero no como para poder saber qué piensan ahora mismo", puntualiza Armentia.

"El crimen convulsionó a la sociedad y, de alguna manera, despertó la evidencia de que España no era inmune al racismo. Ahora, si nos vacunó y nos salvó del racismo para el futuro, yo creo que está claro que no", reflexiona la directora Garbiñe Armentia. "De hecho, la realidad nos dice lo contrario. La sacudida fue tan grande que se nos cayó la venda de los ojos. Un país que se acostó un día pensando que no era racista y se despertó al día siguiente descubriendo que quizás tenía un problema que no estaba reconociendo", dice David. "Cerca de un año después del crimen de Lucrecia, en el centro cívico de Aravaca donde se hacía un acto con la presencia de dominicanos, y está así recogido en la prensa, los españoles, los blancos entraron por la puerta principal y se le pidió a los negros que entrasen por la puerta trasera", termina contando David.

Las entrevistas de Aimar | David Cabrera y Garbiñe Armentia

Las entrevistas de Aimar | David Cabrera y Garbiñe Armentia

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Josema Jiménez

Josema Jiménez

Periodista de Sanlúcar de Barrameda. Trabajo en la Cadena SER desde 2018. Antes en Hoy por Hoy, ahora...

 
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