Carmen Negrín, nieta de Juan Negrín: "No pediré la nacionalidad española hasta que España sea una República"

Madrid

Cuando Carme Negrín volvió a España por primera vez tuvo "sentimientos mixtos", porque "había oído hablar mucho de Madrid, de Canarias", reconoce la nieta de Juan Negrín. A pesar de esa familiaridad con la tierra de su abuelo y de "sentirse como en casa", sintió que "la gente estaba en un mundo complemente distinto", un mundo muy diferente al que recordaban su padre y su abuelo. Carmen Negrín tiene nacionalidad estadounidense y francesa, porque no quiere tener la española. Por lo menos, mientras España siga siendo una monarquía parlamentaria. "Soy optimista y espero que algún día haya una República. Quiero creer que un día volverá y ese día podré pedir la nacionalidad española", explica Carmen Negrín.

Para ella, llevar ese apellido es "un orgullo", porque entraña una parte importante de la "memoria de España". "Se habían olvidado de mi abuelo; ahora por lo menos existe", explica Carmen que reconoce que siempre ha visto España "a través de sus ojos, de sus palabras". Ella vivió su infancia en París, acompañando en el exilio a su abuelo, por el que siente un "orgullo permanente por su honestidad, que es lo que más se le ha reprochado". La presidenta de honor de la Fundación Juan Negrín está satisfecha porque, gracias al trabajo de su fundación, "ha podido comprobar con archivos y documentos que ha sido honesto". Por fin, la sociedad española está descubriendo la figura de su abuelo e, incluso, "le aprecian". Sin embargo, reconoce con cierta amargura que "por muchos documentos que uno traiga y que demuestran que él no se quedó con el oro de Moscú, hay gente que no va a cambiar de opinión".

"Él tenía la capacidad de esconder sus emociones y de centrarse en su deber de abuelo antes que nada", explica Carmen Negrín. Recuerda que durante el exilio su abuelo era un "hombre activo y dinámico" que se ocupaba de sus nietos, porque "la educación era para él muy importante". Ella no recuerda ni amargura, ni esperanza, ni tristeza en su abuelo, porque "siempre miraba al futuro" y "no era el español con la maleta lista para volver a España. Era muy realista." Simplemente, explica, Negrín "trataba de transmitir lo que fue el sueño republicano".

Para ella, resulta muy difícil escuchar a Volodomir Zelensky porque el presidente de Ucrania le recuerda a su abuelo cuando "le hacían falta armas para defender a España" o cuando "intentaba convencer a los demás para que le ayudaran financieramente para resistir".