El cine en la SEREl cine en la SER
Cine y TV

Ladj Ly, la voz de los suburbios franceses: "El cine tiene que hablar de las condiciones de vida de los ciudadanos"

Tras su aclamado debut, el director francés estrena 'Los indeseables', un potente drama sobre la crisis de la vivienda, la especulación política y las formas de activismo en las barriadas marginales

Ladj Ly presenta 'Los indeseables' (Photo by Dominique Charriau/Getty Images) / Dominique Charriau

Madrid

La vivienda se está convirtiendo en uno de los grandes problemas en las ciudades europeas. Desahucios, gentrificación de los barrios, aumento del precio, alquileres turísticos, fondos buitres que arrasan con todos, falta de recursos... son una constante en Madrid, París, Roma o Londres, ante la inacción de los políticos, locales o nacionales y la desesperación de vecinas y vecinos. El cineasta francés, Ladj Ly, ha decidido reflejar este problema en su nueva película, Los indeseables, donde muestra un hecho real que ha ocurrido en las barriadas parisinas, la demolición de torres de viviendas sociales dejando en la calle a miles de personas. “Es una continuación de mi primera película, Los Miserables. Y al mismo tiempo es un tema bastante personal para mí. Quería hablar de vivienda, de deslocalización, de expropiación, de gentrificación, es algo que viví en mi barrio. Fuimos víctimas de un plan de renovación urbana y la mayoría de los residentes fueron desalojados, porque expropiaron viviendas para edificios públicos. Es algo que me afecta personalmente y quería hablar de ello”, decía el director en una entrevista en la Cadena SER.

El director debutó en el cine con Los Miserables, un fantástico thriller que nos sumergía en el día a día de las banlieu parisinas, donde él creció y donde sigue viviendo. La película ganó el segundo premio en Cannes y mostró que otra Francia existe, más allá del cine burgués que suele predominar en el país vecino. En este segundo largometraje ha vuelto a su entorno, Montfermeil, a contar algo que vivió en sus propias carnes. "A través de esta historia, quise hablar de mi barrio, de mi pueblo, pero somos conscientes de que este problema afecta a muchos jóvenes y a mucha gente, ya sea en Francia o en el extranjero. En todas las grandes ciudades del país tenemos este problema de expropiación, especulación inmobiliaria, gentrificación y no nos damos cuenta de que para los residentes desalojados es una tragedia. Es una tragedia tener que salir de tu apartamento de un día para otro y encontrarte en la calle o alojado a cientos de kilómetros de donde vienes”, insiste el director.

La película sigue a una joven de origen maliense que vive en uno de esos bloques de pisos en ruinas y que se planta ante la orden de expulsión de todos los vecinos. No está dispuesta a que su familia sea expulsada del barrio donde creció y donde vive. La lucha ciudadana se antepone con las decisiones políticas, de ese nuevo alcalde del distrito que se enfrenta a los vecinos. "Para mí era importante rendir homenaje a estas mujeres que viven en estos barrios, que crecieron en estos barrios y que siguen luchando, haciendo campaña para mejorarlos. Hay miles y miles y nadie habla de ellas. Para mí es importante resaltar cuál es su papel. De ahí ese personaje de Abbie, negra, mujer, musulmana, que toma las riendas y acabará tomando el poder. Y hoy creo que esta nueva generación necesita tener ejemplos para poder evolucionar en la dirección correcta".

El universo femenino es importante en una película que arranca con una escena que pone los pelos de punta. Ly nos cuenta un entierro, pero donde las estrecheces de esas viviendas impiden que el ataúd pueda bajar por las escaleras. "Era importante comenzar la película con una secuencia fuerte, desde la apertura y así metimos este descenso del ataúd. Vivimos en dificultad, morimos en dificultad y creo que eso dice mucho de lo que está pasando en estos barrios. Esa secuencia resume un poco todos los problemas que podemos tener cuando vivimos en una de esas torres. Todo es real, era importante que todo lo fuera. Me inspiro en las historias de los vecinos"

La película muestra el día a día de esas zonas de Francia, donde la mezcla lejos de ser un problema es una realidad. Los vecinos conviven a pesar de sus diferencias de origen, de religión e incluso de mentalidad. "En estos barrios hay una verdadera mezcla social. Cuando me hice cargo del edificio, éramos más de 40 nacionalidades diferentes y todos logramos vivir juntos, llevarnos bien, ser amables unos con otros. El problema no está ahí", nos indica el director que acusa a los políticos de inacción. No hay recursos para las comunidades más frágiles y todo el mundo mira para otro lado. "No es difícil de entender. Es sólo que no quieren hacerlo. Incluso un niño de seis años, lo entendería. A nuestros políticos no les importa y no tienen voluntad de cambiar las cosas".

Mezclando el drama social con el thriller, como hizo en su primer trabajo, Ladj Ly va poniendo en tensión a sus personajes. Chicos y chicas jóvenes que quieren hacer las cosas bien, pero el sistema les echa constantemente y casi les incita a la violencia o, al menos, a la desesperación más acuciante. Es lo que pasa a uno de los protagonistas del filme, que no sabe cómo parar la rabia que siente al quedarse en la calle, sin nada, y ver a sus vecinos abandonar su hogar. “Es alguien que se rindió, que no cree más y que acabó en la desesperación, acabó hundiéndose en la locura, en la violencia. También se habla de locura porque lamentablemente en estos barrios hay mucha gente que está completamente desesperada y que debería terminar en un hospital psiquiátrico. Es por desesperación, por lo que nos estamos volviendo completamente locos”. La enfermedad mental como consecuencia de la precariedad y el abandono social, algo que ocurre no solo en Francia, también en Madrid. Sin embargo, el director es pesimista con la situación en su país. "La situación en Francia es más dura de lo que era antes. Este es el país de los derechos humanos, el país de la Ilustración. Todo eso, era antes. Hoy se está convirtiendo en una dictadura. Vamos a seguir regresando a los suburbios y haciendo películas, haciendo películas en los suburbios", sentencia.

Ante esto, nos dice, el cine tiene que contar los relatos que la prensa no muestra y que los políticos se niegan a mirar. "Es cierto que cada vez tenemos menos películas políticas. Es importante que este tipo de películas puedan existir. Es importante que podamos hablar de las condiciones de vida de los ciudadanos. Y espero que cada vez tengamos más cineastas que lo hagan". El cine es también un campo de batalla donde la diferencia de clases existe. Por eso, Ladj Ly creó varias escuelas por barrios marginales para que los jóvenes aprendieran a contar sus propias historias. Una de esas escuelas la abrió en Madrid, pero se cerró por falta de financiación. "Abrimos la escuela en Madrid, pero solo por un año. Ahora estamos buscando financiación, pero ya tenemos cuatro escuelas y nos va bien. Estamos muy contentos con los resultados, muy contentos de que esta nueva generación tenga recursos para expresarse a través de sus películas. Estamos muy orgullosos de estas escuelas".

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00