Sociedad

Los problemas de salud mental entre los jóvenes se multiplican por 6 en una década por culpa de la precariedad

La mitad de los menores de 30 han pensado alguna vez en suicidarse, y el porcentaje se dispara entre los que tienen menos recursos, según el informe del Consejo de la Juventud y Oxfam Intermón. A Cris la imposibilidad de independizarse la ha llevado a sufrir ansiedad y depresión cronificada: "es la frustración de necesito irme de casa por mi propia salud pero económicamente no puedo"

Los problemas de salud mental entre los jóvenes se multiplican por 6 en una década por culpa de la precariedad

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Problemas como la falta de empleo, la temporalidad o los precios de los alquileres están provocando una epidemia de problemas de salud mental entre los jóvenes españoles. Así lo señala el informe ‘Equilibristas: las acrobacias de la juventud para sostener su salud mental en una sociedad desigual’ que hoy publican el Consejo de la Juventud y Oxfam Intermón. El estudio arranca con una serie de datos oficiales, los que arroja la Base de Datos Clínicos de Atención Primaria (BDCAP) del Ministerio de Sanidad: “De entre todos los grupos de edad, el que más ha visto crecer los registros de problemas de salud mental es la población joven: en el grupo de 15 a 34 años, la tasa pasa de registrar 5.712 casos clínicos de problemas psicológicos por 100.000 habitantes en 2011 a registrar 39.408 casos por 100.000 habitantes en 2022, lo que supone un crecimiento del 590%”, es decir, que se han multiplicado por seis los casos diagnosticados. Dentro de esos números está Cris, que hace ya seis años que está recibiendo tratamiento. “Ahora es ansiedad y depresión cronificada”, explica esta integradora social madrileña que empezó sufriendo ataques de ansiedad por una situación familiar complicada, en casa, de la que sentía que no tenía escapatoria. “Yo tenía discusiones muy fuertes, tenía ataques de ansiedad, no me podía mover. Intentas estudiar y trabajar a la vez, los salarios no son los que deberían, entonces no te puedes ir. ¡Y es esa frustración de necesito irme por mi propia salud pero no puedo!”, recuerda. Ahí sitúa el origen de sus problemas de salud mental, y lo cierto es que no ha podido emanciparse hasta “hace tres o cuatro meses y gracias a mi pareja y su familia”.

Las jóvenes, más afectadas

Uno de los datos que el Consejo de la Juventud y Oxfam Intermón destacan de su informe es el de la especial incidencia de casos clínicos diagnosticados entre mujeres jóvenes, “el 49,9% ha sido diagnosticada alguna vez”, algo que estas organizaciones vinculan con la brecha de género laboral. “Uno de los grandes éxitos de la última reforma laboral aprobada ha sido reducir significativamente la temporalidad contractual que experimentaban las personas jóvenes en España. En poco más de dos años, ésta se ha reducido del 51,6% al 19,4%, una mejora muy importante. Sin embargo, la temporalidad juvenil sigue estando seis puntos por encima de la temporalidad de las personas trabajadoras que tienen 30 o más años. Además, la precariedad laboral no golpea por igual a todas las personas jóvenes: en lo que respecta a la temporalidad, las mujeres jóvenes tienden a trabajar más con contratos temporales (22,1%) que los hombres jóvenes (16,8%)”, apunta el estudio a partir de datos de la EPA del tercer trimestre de 2023.

Esperar tres meses para ser atendido, con suerte

El acceso a la terapia es una parte fundamental de la recuperación para las personas que sufren problemas de salud mental como ansiedad o depresión. Sin embargo, según este estudio, “sólo el 17,4% de los jóvenes fueron atendidos por especialistas de la sanidad pública en menos de un mes, mientras que la mayoría esperó entre uno y tres meses, o más de tres meses”. Esto entre quienes consiguen ser derivados a psicología por sus médicos de cabecera porque los propios profesionales, conscientes de la falta de medios, avisan de que es difícil conseguir hueco. En el caso de Cris, a pesar de esa derivación, nunca llegó la cita de psicología en la sanidad pública. “Mi médico de cabecera me derivó pero en psicología nunca se me llegó a llamar”, y explica que su médico, amigo de la familia, les recomendó explorar la posibilidad de un tratamiento privado, que es el que recibe desde entonces. “Uno de los grandes problemas que también ha venido poniendo de relieve el Consejo General de la Psicología en los últimos años es la escasez de personal especializado en el Sistema Nacional de Salud (SNS); según este organismo, la mayoría de los países, entre los que se encuentra España, no superan la ratio de 20 psicólogos por cada 100.000 habitantes. De hecho, España tiene la ratio más baja de todos, con 5,14 psicólogos por cada 100.000 habitantes, frente a los 18 de la media europea o los 26 en los países de la OCDE”, apunta el informe.

Una precariedad que lleva a pensar en el suicidio

Tres de cada cinco jóvenes en situación de carencia material severa piensa algún momento en suicidarse, según este informe, y la tasa duplica la de los jóvenes que no tienen problemas económicos. “Es muy grave tener a tanta gente joven pensando en suicidarse, con problemas de salud mental, problemas derivados de no tener certidumbre, de no tener un proyecto de futuro a su alcance”, señala Alejandro García-Gil, de Oxfam Intermón, que hace un llamamiento a las administraciones a todos los niveles, al gobierno central y también a las comunidades autónomas, para que atajen esta tendencia. “Era un bucle. Yo necesitaba salir de casa, no encontrabas trabajo, el que encontrabas no te daba para nada, no puedo más, necesito un trabajo, no puedo salir de aquí, qué hago. Esa época fue de las peores. No ves luz”, recuerda Cris. En su caso, un cambio en la medicación desembocó en lo que las estadísticas consideran un intento de suicidio, aunque ella no lo interpreta de ese modo porque asegura que su objetivo no era morir. “Lo he analizado mucho con la psicóloga. Esa pastilla tuvo el efecto de cambiarme la poca regulación que tenía, fue una bomba conmigo. Yo no estaba bien y esa medicación me hizo estar peor. Yo lo que recuerdo es que tenía rumiaciones, pensamientos intrusivos, y no se callaban, y no se callaban, y yo recordaba que la pastilla previa me los quitaba. Y entonces me tomé ese bote poque quería que se callase la cabeza”.

“Una psicóloga en cada casa ya no soluciona el problema: necesitan vivienda y salario dignos”

Entre sus conclusiones y propuestas, el estudio señala que “las desigualdades sociales y la precariedad socioeconómica pueden contribuir a generar y agudizar problemas de salud mental en las personas jóvenes. Además, tienen menos posibilidades de superar dicho problema al no contar con los mismos recursos para recibir un tratamiento de calidad en el tiempo y la forma adecuada. Ante esta situación, es urgente que se implementen políticas centradas en dar respuesta a las desigualdades estructurales que impactan, entre otros factores, en la salud mental de las personas jóvenes. Por ello, las propuestas no pueden ser solo sanitarias, sino que deben partir de un enfoque holístico, dando solución tanto a la atención de la salud mental como, sobre todo, a la prevención del malestar”. O dicho en palabras de la presidenta del Consejo de la Juventud, Andrea Henry: “tú puedes poner una psicóloga en cada casa que eso no va a solucionar el problema. Es mucho más difícil porque tengo que asegurar que todo el mundo tiene acceso a una vivienda digna, a un salario digno, hablar de cambio climático... No poder tener hijos, no poder irse de vacaciones porque siempre trabajo en verano porque tengo curros precarios, porque no tengo vacaciones... Todo esto también es salud mental”.

 
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