El creador de Desigual, uno de los hombres más ricos de España, explica por qué no tiene despacho y por qué no lo quiere

El suizo Thomas Meyer es uno de los hombres más ricos de España. Hace cuatro décadas fundó Desigual, una marca cuyos inicios se remontan a las cazadoras vaqueras hechas a partir de viejos pantalones vaqueros. El empresario ha concedido ahora una entrevista a El País, en un momento en el que su firma vive un repunte de sus ventas y ha organizado este pasado jueves un multitudinario desfile en la playa de San Sebastián de Barcelona en el que se dieron cita influencers, artistas y numerosos rostros conocidos del mundo de la moda.

A lo largo de esta charla, Meyer habla sobre la crisis de ventas que sufrió tras su auge en 2015 y señala el aprendizaje que sacaron de todo aquello. "Hemos traído un concepto nuevo que no era nuestro, el estar abiertos al mundo, escuchar lo que dice la clienta", señala y confiesa que antes el concepto de la empresa era "un poquito más cerrado". Una verdadera remontada que es fruto de un "proceso muy profundo", tal y como admite el creador de Desigual.

De su marca destaca la autenticidad y su optimismo, que concuerdan a la perfección con su forma de entender la vida. "Yo creo que la vida es un regalo y trato de expresarlo con lo que hago, en este caso, pues hago moda", declara. Es precisamente su manera de vivir y su concepto como empresario el que se imprime en la marca, tal y como detalla en El País. "Hay compañías muy jerárquicas, pero desde siempre he sido enorme defensor de sistemas mucho más planos", confiesa al ser preguntado por la ausencia de despacho en las oficinas centrales de la colorida marca española. Al mismo tiempo, reconoce que se siente afortunado en sus oficinas mirando al mar. Cada día Meyer llega a trabajar en bicicleta, "voy por el paseo marítimo viendo el mar", detalla, y explica que si tuviese que llegar a trabajar en coche "se sentiría encerrado", la misma sensación que tendría metido dentro de un despacho.

En esta concepción de empresa, el fundador de la firma barcelonesa, pidió a sus trabajadores que votasen sí querían o no una semana de cuatro días. "El sí ganó por goleada", señala y especifica que el 86% de la plantilla prefirió tener cuatro jornadas en lugar de cinco. "Hay que cuidar a la gente", dice al mismo tiempo que pone en valor a su equipo indicando que "solo no podría hacer nada".