Salud y bienestar

Los médicos avisan de que la peor carne del supermercado no es la roja, sino otra

Las autoridades sanitarias advierten de que las peores carnes para la salud no son las rojas, a pesar de lo que se pueda pensar

Una mujer comprando carne roja en el supermercado. / Kilito Chan

Madrid

Los médicos y expertos en alimentación siempre alertan de que comer carne roja en exceso es malo para la salud y que debe evitarse por el impacto negativo que pueda tener para el organismo y su relación con la aparición de algunos tipos de cáncer. Las carnes rojas se encuentran, junto a las frituras, esteroides, plomo o algunos herbicidias en el grupo 2A (alimentos probablemente cancerígenos) en una clasificación elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

A pesar de esta preocupante posición, este tipo de carnes no son las peores para la salud según la organización, ya que hay un producto muy consumido que supone más riesgos al estar más relacionado con la aparición de algunos tipos de cánceres.

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Esta carne nociva es una de las más consumidas en el mundo, ya sea en forma de salchicha, jamón, salami, boloñesa o nuggets y tiene un papel esencial en la dieta de los países occidentales. Es, sin duda, la reina de la comida rápida de Occidente. Aunque su consumo se comenzó a popularizar en Estados Unidos, en el resto de europa es ya la más consumida del mundo. El consumo per cápita de este tipo de carne en España en 2022 fue de 10,54 kg, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Esta carne se encuentra en la mayoría de los platos precocinados y envasados de los supermercados: la carne procesada. Esta, según los nutricionistas, es la peor carne para la salud, por delante de la carne roja, cuando se consume en exceso. La razón principal reside en el modo en el que se procesa y en su composición, sea cual sea su forma. Contiene aditivos y productos químicos, algunos muy numerosos, que pueden contribuir al desarrollo de enfermedades crónicas que son responsables del 74% de las muertes en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud.

No todo es carne roja

Realmente, la carne más peligrosa del supermercado no es la roja, es la procesada. Esta puede suponer nocivos riesgos para la salud en cantidades excesivas y la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) advierte de que 50 gramos de esta carne al día aumentan un 18% el riesgo de aparición del cáncer de colon. Esto es un incremento del riesgo relativo, lo que significa que el consumo habitual de esta carne produce un aumento de este porcentaje, lo que sigue siendo un riesgo bajo para la población general.

La fabricación de carne procesada no es agradable. Según indica el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, las salchichas, por ejemplo, con las que se hacen los perritos calientes se elaboran "forzando los huesos, a los que está unida la carne comestible, a alta presión a través de un tamiz o dispositivo similar para separar los huesos del tejido cárnico".

De hecho, las carnes procesadas son trozos de carne (roja o blanca) a los que se han añadido grasas animales y conservantes y que después se han cocinado, secado o ahumado para prolongar su vida útil. Uno de los problemas de este tipo de carne es que contiene nitratos y nitritos que, una vez en el organismo, pueden provocar el desarrollo de numerosos cánceres e incluso una forma de demencia si se consumen en exceso.

 
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