Ucrania resiste

Madrid

Mala semana para Ucrania. Tanto, que en algún momento parecía mascarse lo peor. Un retroceso general. Una cesión importante de territorio en torno a la segunda ciudad del país, Járkov, con muchos jóvenes zafándose de ir al frente con la artillería y los drones rusos, redoblando sus ataques, utilizando también bombas de racimo. Ese explosivo es un horror. Se multiplica en mil pedazos pequeños, como un castillo de fuegos artificiales, claro que mortales. Pero al fin parece que la sufrida nación invadida ha recuperado algo de pulso militar y moral. Y está conteniendo, mal que bien, la ofensiva rusa. Gracias a tres elementos: la llegada de algunas baterías antiaéreas norteamericanas, la renovación del mando militar en el área de Járkov y el compromiso del presidente. Zelenski ha cancelado sus viajes al exterior, incluido uno a España, y ha acudido a la zona en peligro. Mientras que Putin se pasea por China. Esas dos imágenes contrapuestas constituyen el más revelador y más triste símbolo de lo que sucede.