¿Por qué quieren borrar de la historia a Helen Keller, la pionera activista sordociega? La respuesta está en sus cartas
La compañía de teatro "Chévere" reivindica su figura y el compromiso político que puso en riesgo su popularidad
Cartagrafías | La historia silenciada de la sordociega más famosa del mundo: Helen Keller
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La joven sordociega norteamericana Helen Keller se hizo mundialmente famosa por la película “El milagro de Anne Sullivan”, de 1962, ganadora de varios premios Óscar, que relata la historia con su maestra Sullivan que la enseñó a leer, escribir y hablar. Pero aquella película solo muestra una parcela de su vida. Helen fue mucho más que un ejemplo de superación, se convirtió en la primera persona sordociega en lograr una licenciatura universitaria, también destacó como escritora, oradora y activista, con todos los riesgos que esto implicaba. Por eso, a pocas semanas de su cumpleaños, reconstruimos su biografía a través de su correspondencia. El punto de partida es una obra de teatro accesible que se estrenó en abril en el teatro Valle-Inclán de Madrid y ahora está de gira por España: “Helen Keller, ¿la mujer maravilla?”, que profundiza en su figura y como no, la correspondencia ha sido fundamental en el proceso de documentación. La firma la compañía Chévere que se hizo todas estas preguntas: ¿Por qué se oculta parte de su vida?, ¿A quién le interesa hacerlo?, ¿Por qué quieren eliminarla de la historia?, ¿Por qué no se acepta que una de las personas más famosas del siglo XX en EE.UU. sea comunista?
La correspondencia de Keller se conserva en la biblioteca del Congreso de Estados Unidos que además se puede consultar online. También hay una selección de cartas en su autobiografía y en la web de la Fundación Americana para Ciegos. Nació en Alabama en junio de 1880. A los 19 meses de vida se quedó sorda y ciega por una enfermedad desconocida, seguramente escarlatina. A medida que crecía se hizo cada vez más difícil controlar su educación, su carácter. Apenas había opciones para la gente con discapacidad en aquellos años. Afortunadamente, su madre descubrió cómo ayudar a su hija gracias a un libro que había escrito Dickens, "Apuntes sobre América", tras un viaje por Estados Unidos y donde conoció a Laura Bridgman, la primera niña sordociega formada en el Instituto Perkins de Boston, una institución pionera en la materia. Si aquella joven había aprendido, tal vez Helen también lo lograría, así que la familia contactó con el Instituto que envió a la maestra Anne Sullivan, de veinte años, con discapacidad visual, a su casa. En sus cartas recuerda sus primeros años de trabajo con la niña.
Anne en ese momento tenía 14 años más que su alumna, era hija de inmigrantes irlandeses muy pobres. En la Escuela Perkins la trataron y recuperó parcialmente la vista gracias a una mecenas que costeó el tratamiento y su formación. Tuvo claro desde el principio que solventaría la falta de disciplina de Helen con amor, sin aplastar su personalidad. Se aislaron en una cabaña cercana durante semanas. La maestra hacía que Helen tocara las cosas y deletreaba lo que el objeto era en su mano. La niña fue aprendiendo a leer, a escribir, luego conseguiría hablar, leer los labios con el método Tadoma, basado en el tacto. Descubrió el mundo de los libros, comenzaron a viajar juntas, a conocer a otros niños. Como dice ella en su correspondencia, gracias a su maestra se acabó la oscuridad.
La primera sordociega en lograr una licenciatura universitaria y la gran amiga de Mark Twain
Desde niña, Helen tuvo claro que iría a la universidad. Ingresó a Radcliffe, la escuela de señoritas de Harvard en 1900 y obtuvo una licenciatura cum laude cuatro años más tarde en artes y letras. Sus estudios los financió un magnate del petróleo que conoció gracias al escritor Mark Twain con el que también tuvo una gran amistad. En la universidad, la joven comenzó a sentir simpatía por ideas políticas de izquierda, por defender los derechos de los trabajadores y el pacifismo. En 1905, se afilió al Partido Socialista, luego al sindicato de Los Trabajadores Industriales del Mundo, cuyos miembros sufrieron ataques por sus acciones y por oponerse a que Estados Unidos entrara en la Primera Guerra Mundial. Helen manifestó su preocupación por todo esto en sus cartas. Trató de liberar de la cárcel a sus amigos condenados por sus posturas antibelicistas, amparados en una Ley que impedía hablar con libertad de la guerra.
A partir de sus posturas políticas, los mismos periodistas que habían elogiado su inteligencia ahora hacían hincapié en sus incapacidades; el editor de un medio escribió que «sus errores surgieron por las limitaciones manifiestas en su desarrollo», a lo que Keller respondió en una carta recordando que su cerebro era el mismo de siempre. Fue investigada por el FBI y todas estas campañas de desprestigio continúan en la actualidad. En Estados Unidos, se lanzó una petición de firmas para eliminarla de la historia. Afortunadamente, son muchos los que han querido contar su historia y ella siguió comprometida. Firmó casi 500 discursos, cartas, ensayos sobre el control de la natalidad, el ascenso del fascismo, la energía atómica o feminismo.
En la universidad también comenzó a desarrollar su carrera como escritora. En 1903 se publicó su autobiografía, "La historia de mi vida" donde nos cuenta que ella y su maestra trataron de ganarse la vida en Hollywood haciendo una película y espectáculos de vodevil donde contaban sus experiencias. Helen entabló amistad con las grandes personalidades de la época. Se carteó con Alexander Graham Bell, que ayudó además en su educación, Einstein, Kennedy, conoció a todos los presidentes. Destaca la relación de amistad que tuvo durante una década con el escritor Mark Twain. La defendió en uno de los momentos más difíciles de su vida, cuando la acusaron de plagiar un cuento. Twain diría que Helen era la quinta maravilla del mundo y uno de los personajes más interesantes del siglo.
De una celebridad pasó a ser desprestigiada por su activismo político de izquierdas
Desarrolló su activismo por carta y sin duda su gran labor fue su trabajo a favor de las personas ciegas. Hasta el final de su vida, se dedicó a viajar por Estados Unidos y por todo el mundo visibilizando y mejorando sus condiciones de vida. Visitó 35 países, se reunió con líderes mundiales, dos millones de japoneses acudieron a verla, por ejemplo, en uno de esos viajes.
Gran parte de su vida estuvo acompañada de Anne Sullivan hasta que falleció en 1936. Luego tomó el relevo otra ayudante Polly Thomson y Peter Fagan durante un breve período de tiempo que se le declaró sentimentalmente. Ella, según contó, sintió una mezcla de incomodidad y felicidad porque la sociedad de la época no aceptaba el matrimonio de una persona con discapacidad ni su sexualidad.
La última aparición pública importante de Helen fue en 1961, recibió un premio por servicio a la humanidad, y falleció siete años más tarde. Ella siempre se consideró ante todo una escritora. Publicó varias obras, poemas y muchas cartas como las citadas en este especial que terminamos con la recogida en el popular blog británico "Letter on Note" y que envió a la Orquesta Sinfónica de Nueva York después de escuchar emocionada su concierto por la radio.
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Laura Piñero
Cartagena (1985) Periodista de la SER desde 2009. Ha pasado por Hoy por Hoy, A vivir Madrid y actualmente...