Cómo recuperar la autoestima de los jugadores para remontar 16 puntos en el partido más importante: así se salvó Covirán Granada

¿Cómo es conseguir la salvación tras una liga sufrida? ¿Cómo es verse 16 puntos abajo en el partido decisivo del año y remontar? ¿Cómo se celebra eso? Pablo Pin, entrenador del Covirán Granada, lo explica a la perfección en Play Basket porque acaba de vivirlo. En la ciudad andaluza han vivido una temporada muy complicada, el mejor ejemplo es el último partido contra el Dreamland Gran Canaria, donde tuvieron que remontar hasta 16 puntos para salvarse, pero ahora toca celebrar. "Entrar al vestuario y ver a jugadores como Jacob Wiley con la lágrima en el ojo, a Jonathan Rousselle, que tiene una experiencia increíble, llorando de emoción, de felicidad. Han venido hace muy poco y se han identificado muy pronto con el club. Verlos llorar de emoción la verdad que eso se lleva dentro", recuerda Pin en los micrófonos de la SER.

El técnico del Granada sabía lo que iba a pasar, se lo decía a los suyos al inicio de la temporada. "Mi primera charla con el cuerpo técnico fue: 'nos vamos a salvar en el último partido'". Y así ocurrió. Para estar en esta liga hay que sufrir, destaca Pablo Pin, y lo vivieron directamente en el partido contra el Breogán, tras el que pasaron unos "días bastante complicados" porque perdieron la oportunidad de solucionar el curso. Una recta final en la que los suyos se tuvieron que poner las pilas y que, de no tener una épica reacción ante Dreamland Gran Canaria, podrían haber descendido.

Su decisión fue cambiar "una cosa táctica", pero sobre todo "recuperar la autoestima del jugador". Quizás fue lo más difícil. "Llega un momento que el jugador piensa que es malo, que no vale... que eso pasa mucho a las personas muchas veces, no solo en el baloncesto ni en el deporte, en la vida en general. Intentamos recuperar su autoestima. Oye, somos buenos, podemos conseguirlo y nuestro primer objetivo es ponernos a 10. Y una vez que nos pongamos a 10, ya veremos. El equipo se enchufó", recuerda Pablo Pin sobre este último partido en el que se logró la salvación.

Un momento que no se quitará de su retina será el tapón de Elias Valtonen al tiro de tres de Nicolás Brussino. "No lo recordaba tan contundente. Me alegro mucho porque Elias es un chico que tiene un futuro increíble por delante", reconoce. Fue precisamente el técnico del Covirán Granada el 'culpable' de que el escolta llegase al club. "Hubo un momento que teníamos que fichar a un jugador en su posición y cuando vi que Valtonen estaba en el mercado dije que había que ficharlo", recuerda.

Preguntado sobre qué pediría al club para no sufrir en la próxima temporada, Pablo Pin pide una cosa que es difícil de conceder: tener "ese punto de suerte que hay que tener" en el deporte profesional. Además de vivir un año sin lesiones. Por ahora, lo que les toca es celebrar y sobre todo descansar. "Ya lo hemos dicho muchas veces, para nosotros la salvación es como conseguir un título. Los jugadores se lo merecen. Ha sido temporada muy dura, muy trabajada y se merecían también disfrutar (...) Cuando trabajas con la derrota es muy complicado y tienes que ser fuerte mentalmente, tienes que estar muy junto con tu club, con tu cuerpo técnico y las emociones saltan pronto cuando te pones a recordar un poco la temporada. Sobre todo... descansas", señala. También toca agradecer a la afición y a Granada su ilusión e identificación con el equipo, así como el compromiso de los jugadores que se vio en la emoción de los recién llegados o en la cara de felicidad, por ejemplo de Kramer, mientras le tiraba una cerveza encima. "Compartir esos momentos con los jugadores pues también emociona", aplaude en Play Basket.

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Enfrente está la otra cara de la moneda, Moncho Fernández, quien descendió con el Obradoiro. "Para nosotros son un espejo donde mirarnos. Son un ejemplo y lo van a seguir siendo. Me parece un grandísimo entrenador, una grandísima persona, porque lo conozco personalmente. Para la afición o la gente, a lo mejor es diferente, pero creo que los que estamos en este mundo la opinión no cambia por un resultado. Siguen siendo un espejo para todos los entrenadores jóvenes que estamos en este mundillo y para todos los cuerpos técnicos que somos de la casa y que nos sentimos un poco representados con ellos", asegura Pablo Pin.

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