Dolina

Madrid

Dolina, aparte del apellido de nuestro invitado, es un nombre común que nombra una depresión de paredes muy inclinadas y típica de terrenos calizos. El apellido no ha llegado al Registro Civil español, pero la palabra entró en la última edición de nuestro diccionario, seguramente tras popularizarla los descubridores del yacimiento de Atapuerca cuyo gran tesoro se encontró en la Gran Dolina.

Dolina es una de las pocas palabras rusas que llegaron al español. De Rusia vinieron también la taiga y la estepa que, como diría Concostrina, fue un extenso erial antes que una referencia de buenos polvorones. También de allí nos llegaron ya nombradas las parkas y las katiuskas, la balalaica y la mazurca, el mamut y la beluga. Fueron los rusos los primeros en bautizar a los navegantes del universo como cosmonautas. Y a través de la historia nos hemos familiarizado con términos como sóviet, perestroika, duma, kremlin o gulag, que es un acrónimo con el que se nombró el organismo que gestionaba los campos de concentración soviéticos. Y sí, no me olvido, de Rusia nos llegó también el vodka y está en nuestros diccionarios desde hace un siglo. En fin, así fluyen las palabras: el gran Dolina nos ha llevado a la Gran Dolina y a partir de ahí hemos constatado que sabemos más ruso de lo que creemos.