Las palabras de Pedro Sánchez se quedaron cortas

Madrid

Dentro de una hora va a estar en este estudio el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Ayer compareció, tal y como había anunciado, para explicar el resultado de sus cinco días de reflexión y el resultado fue que se queda, lo que supone un gran alivio para el gobierno progresista, para el Partido Socialista, pero también para todos los ciudadanos que piensan que el trumpismo que practica la oposición, los bulos mediáticos y la actuación de ciertos jueces no puede cobrarse la cabeza de un presidente del Gobierno. Sería demasiado fácil y un precedente peligroso conseguir a través de medios antidemocráticos revertir un resultado democrático.

Pero tras el alivio, las dudas y una cierta sensación de decepción. Es evidente que este país necesita una urgente operación de regeneración democrática, pero no ahora, ya hace tiempo. Tanto como los cinco años, por ejemplo, que lleva bloqueado el Poder Judicial, el tiempo que hace que descubrimos que existía la llamada ‘policía patriótica’, que la Fiscalía lo afinaba o que se podía controlar la Sala Segunda del Supremo por la puerta de atrás. Tanto tiempo como hace que a Podemos le frieron a querellas e investigaciones, todas archivadas; tanto tiempo como hace que un exalcalde independentista catalán le asignaron una cuenta falsa en Andorra. Todo esto amplificado por un coro mediático que empezó a mentir ya con los atentados del 11-M, siguiendo la estela de un gobierno. Imaginen si hace tiempo que es necesaria la regeneración democrática en este país.

Por eso, ayer, las palabras de Pedro Sánchez se quedaron cortas. Después de haber situado al país ante una situación inédita, un retiro de cinco días del presidente, aislado, sin consultar nada a nadie, salvo a su familia, la salida fue el compromiso para liderar la regeneración democrática. ¿Cómo?, esa es la gran pregunta. ¿Con quién?, pues con el principal partido de la oposición no parece que vaya a ser, y los cambios que se necesitan para revertir algunas prácticas judiciales, políticas y mediáticas precisan de amplios consensos y no parece que los haya.

Pedro Sánchez dijo ayer que este periodo de reflexión y su decisión final suponen un punto y aparte en la legislatura, pero todavía no sabemos cómo se va a escribir el siguiente párrafo o cuál va a ser su contenido, y hay mucha expectación después de haber sometido al país a un estrés político que no puede quedar en una mera declaración de intenciones, porque eso solo conduce a la melancolía.