"Soy maestra y ya no tengo vocación": el duro relato de una profesora que siente que los niños han podido con ella

Madrid

De vez en cuando una carta a la directora de El País golpea fuerte. Por lo general ponen de relieve problemas comunes que, en algunos casos, están más silenciados de lo que se debería. En este caso, la misiva aborda una cuestión que los profesores llevan tiempo denunciando: la ansiedad y el agotamiento físico y mental van en aumento. En un estudio reciente, un 42% reconocía que no le importaría abandonar la profesión.

Una profesora de Huelva llamada Sara del Toro ha contado su experiencia brevemente en El País. Su carta a la directora es breve pero muy dura. Reconoce que "necesitaba un espacio" para desahogarse y, aunque sabía que era difícil expresar lo que piensa en 100 caracteres, lamenta que "las redes sociales a la que todos vamos a escupir alguna que otra vez nuestros problemas" tenga permita aún menos letras.

La primera frase es contundente pero lo que sigue no lo es menos: "Soy maestra y ya no tengo vocación. Los niños han podido con ella. Las continuas faltas de respeto, el desprecio a nuestro trabajo y tiempo, la chulería, la seguridad de que nadie les dirá ni les hará nada...", deja en el aire.

Para finalizar se pregunta "¿a quién queda por culpar?": "Si no son los padres, son las redes. Si no son las redes, es la sociedad. Me siento más indefensa que los propios niños", sentencia.

Un profesor se posiciona sobre una cuestionable actitud de los padres y las respuestas que recibe le hacen reflexionar

Los datos de un estudio de la Fundación SM obtenidos a partir de encuestas realizadas a docentes de España, México, Brasil y Chile hace unos meses daban buena muestra de ese desánimo. Sólo uno de cada cuatro profesores se siente ilusionado con su trabajo. La mayoría, un 38%, lo vive con distancia e indiferencia, cuando hace 20 años sólo el 2% lo manifestaba así. Además, un 33% de los docentes reconocía sentir apatía, un 37% cansancio y el 39 depresión.

En Cataluña, seis de cada diez profesores asegura haber sufrido algún tipo de agresión verbal o física por parte de sus alumnos o las familias de los estudiantes. En La Ventana, una profesora contaba su experiencia, muy en la línea de la de la autora de la carta: "Yo a los 14 años, en el colegio, ya cuidaba a los niños en el patio. Siempre quise ser profesora. Entré a Magisterio por vocación y he acabado odiando la educación", explicaba. Llevaba mucho tiempo sufriendo "amenazas verbales, físicas, manipulaciones de padres" y llegó un momento en el que no pudo más.

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Seis de cada diez profesores denuncian agresiones físicas o verbales por parte de los alumnos o sus familiares

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A lo que sucede en el aula hay que sumar las quejas de los profesores por el tiempo que dedican a pura burocracia. Un 84% lamenta que no le dé tiempo a preparar sus clases en su horario laboral porque realiza labores propias de personal administrativo o de servicios, según una encuesta realizada por el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza.