"Entré a magisterio por vocación y he acabado odiando la educación"

Madrid

Seis de cada diez profesores de Cataluña asegura haber sufrido algún tipo de agresión verbal o física por parte de sus alumnos o las familias de los estudiantes. El dato lo ha adelantado este jueves el sindicato mayoritario en los centros educativos públicos de Cataluña, USTEC, y forma parte una encuesta global para medir la percepción del personal educativo sobre su trabajo en las aulas.

Se trata de una encuesta on line en la que han participado unos 15.000 profesores. "El profesorado que tiene este problema está en un estado límite y la mayoría está de baja médica. Y cuando acuden a nosotros lo hacen porque están indefensos ya que no hay un protocolo establecido y no saben como actuar", nos dice Iolanda Segura, portavoz nacional de la Unión Sindical de Trabajadores de la Enseñanza de Cataluña. Esta situación se refleja en el estado anímico de los docentes que sufren miedo, desgaste emocional, ansiedad, depresión, falta de autoestima y agotamiento.

Agresiones que le han provocado la incapacidad

Una de esas profesoras que sabe lo que es sufrir agresiones es Jana, profesora de Educación Física durante veinte años, en varios centros educativos de Cataluña donde daba clase a niños de infantil y primaria, pero que desde hace seis años ya no está en activo. "He sufrido amenazas verbales, físicas, manipulaciones de padres. Pero esto se fue acumulando hasta que un 20 de febrero me derrumbé en el patio", asegura.

"Yo pedí ayuda, no a los sindicatos, pero si a dirección donde les decía que un niño me había pillado la espalda, que otro me había pinchado con un lápiz. Pero la respuesta era siempre la misma: que yo tenía que tener mis recursos para que el niño no hiciera eso". Jana no contempla su regreso a la docencia, porque "además es la misma Generalitat la que me está pidiendo una jubilación anticipada porque me he quedado muy tocada. Sólo estar en una aula o en un patio vigilando niños no puedo".

La profesora, como otros muchos docentes, llegó a la profesión por vocación, por amor a la enseñanza: "Yo a los 14 años, en el colegio, ya cuidaba a los niños en el patio. Siempre quise ser profesora. Entré a magisterio por vocación y he acabado odiando la educación".

Se agrede igual a profesoras que a profesores

Los datos adelantados por el sindicato mayoritario en los centros educativos públicos de Cataluña, USTEC, hablan que más de un 60% asegura haber sufrido algún tipo de agresión por parte de sus alumnos. La inmensa mayoría son agresiones verbales,pero hay casi un 15% de agresiones físicas y un 3% dirigidas contra objetos, mobiliario en las aulas u objetos personales del docente. "Cuando docentes o personal de centros educativos se dirigen a nosotros les decimos que los primero que hay que hacer es comunicarlo, notificarlo, dejarlo por escrito exigiendo a la dirección que rellene las hojas de incidencia para llegar a la Inspección. Y si hay agresión física aconsejamos denunciarlo a los Mossos", destaca la portavoz de USTEC.

Según los datos recogidos, se agrede por igual a los profesores que a las profesoras, pero "ahora estamos en un momento de complejidad donde los adolescentes reciben los discursos radicalizados que escuchamos en el día a día. Y a ellos, que están formando su personalidad, estos mensajes les calan".