"Sin la radio no hubiésemos salido con vida. No hubiésemos salido cuerdos"
Luis Eladio Pérez estuvo siete años secuestrado por las FARC. Fue uno de los oyentes de 'Las voces del secuestro', el programa de Radio Caracol que permitía a amigos y familiares mandar mensajes a los secuestrados en la selva
"Sin la radio no hubiésemos salido con vida. No hubiésemos salido cuerdos"
10:38
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1713205368662/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Es de noche en la selva colombiana y un grupo de personas sintonizan su transitor. Por la radio, suena una canción de Juanes que habla de ellos: 'Sueño libertad para todos los que están secuestrados hoy, en medio de la selva'. Es su momento favorito el día, es el momento en el que van a reencontrarse con sus hijos, nietos, maridos o mujeres. Las FARC les ha secuestrado, pero les da radios y pilas. Es la única concesión y ellos la exprimen al máximo.
El periodista que, semanalmente, les devuelve a su vida se llama Herbin Hoyos y ha pasado a la historia de la radio por dirigir 'Las voces del secuestro', un programa en el que las familias mantenían contacto con sus familiares. "Yo creería que sin la radio no hubiésemos salido con vida. O no hubiésemos salido medianamente cuerdos. La radio fue el cordón umbilical que nos unía a nosotros en la selva, con la realidad que se estaba viviendo en el país. Creo que la guerrilla lo hacía como una forma de mantenernos de laguna manera tranquilos. La radio era siempre fundamental", explica Luis Eladio Pérez. Este senador colombiano estuvo siete años secuestrado por las FARC.
Por la radio, iba conociendo la vida de su hija Carolina, que se turnaba con el resto de la familia para tenerle al tanto de cómo les iba. "Era un diario en voz alta y era una conversación en la que tú tenías que cerrar los ojos y pensar que Colombia no te estaba escuchando, sino que tú estabas hablando con tu papá. Fue un ejercicio mental súper complicado de manejar, pero cuando empezaban a llegar pruebas de supervivencia... Te decían "escuché que te aceptaron para un programa en una universidad y estoy muy orgulloso de ti". Imagínate, era ser papá y ser hija en mitad de semejante tragedia", recuerda Carolina. Ella tuvo la suerte de recibir pruebas de supervivencia, pero otros descubrieron años después que su familiar estaba muerto.
Un diario en voz alta
Este diario en voz alta se podía hacer en el estudio de Radio Caracol o por teléfono. En ese tráfico de mensajes cargados de cariño e información ponía orden un equipo de periodistas. Carlos Castro fue uno de los estrechos colaboradores de Hoyos y recuerda cómo el espacio empezó con unas aspiraciones muy modestas. En un principio, el programa duraba apenas quince minutos. Con el tiempo, se fue alargando y el programa se convirtió en una emisión de seis horas. "A los familiares se les notaba el ansia de querer decirle muchas cosas a su familiar", recuerda Castro. Ahí era fundamental el trabajo de periodistas como él qye aconsejaban a los familiares que "se anotaran lo fundamental" para que la memoria no les jugara "una mala pasada".
El programa consiguió alcanzar un difícil equilibrio. Carolina cree que Hoyos, fallecido en 2021, fue capaz de "democratizar el dolor de todos" porque había una gran variedad de situaciones. Estaban "los extranjeros, los del secuestro económico, los del secuestro político" y había familias que sentían que los seres queridos de los políticos "tenían más posibilidades en los medios de comunicación para tener audiencia". Ése fue el éxito: que ninguno tuviera un trato de favor.
Un duelo y una pedida de mano
Luis Eladio compartió secuestro con un técnico de telecomunicaciones estadounidense, que desmontaba las esponjas que usaban para la lavar los utensilios de cocina. Con la parte metálica, construía una especie de antena que les permitía mejorar la recepción. Los problemas vinieron después. Empezó a sobrevolar la zona un avión de Estados Unidos que colaboraba con la inteligencia colombiana y la guerrilla pensó que se debía al uso que estaban haciendo los secuestrados de los transitores. Se los requisaron y estuvieron durante un mes sin radio, pero Ingrid Betancourt consiguió esconder una. Así fue ella la que se enteró de que la madre de Luis Eladio había muerto y tuvo que darle la noticia. "Ella nos contaba las las principales noticias y un día llegamos al desayuno y ella no nos decía nada. Le pregunté que qué pasaba, si había alguna noticia importante. Me dijo: 'Mira, lo que pasa es que acabo de oír que tu mamá murió'. Te imaginarás cómo es recibir la noticia de esa manera, sin poder hacer el más mínimo sentido de duelo". Si Luis Eladio hubiese llorado, los secuestradores habrían sabido que una radio seguía funcionando.
La radio también le contó que su hija Carolina se iba a casar. Ella le rogó a Pablo, su novio, que le pidiera la mano por la radio. Recuerda cómo convenció a su marido:"Puede que tú no lo veas acá, pero él existe, en algún lado de la selva colombiana y tú le tienes que pedir la mano" y lo consiguió porque lo hizo a través de 'Las voces del secuestro'. "Ese día dimensioné lo difícil que es empezar a tomar esas decisiones de vida en las que tú esperabas que tu papá estuviera", recuerda Carolina que todavía se emociona al pensar que el mensaje llegó. Su padre pidió explícitamente que en la prueba de supervivencia que iban a hacer llegar a la familia le dejaran escribir una carta "dando la bendición al enlace", porque no era seguro que él "regresara con vida". Tres semanas antes de la boda Luis Eladio Pérez fue liberado. Era el 28 de febrero de 2008, pero vino a saber de su inminente liberación a través de la radio. De repente, interrumpieron la emisión para dar paso a los servicios informativos de Radio Caracol. "Yo no me lo creía, pero el norteamericano me decía: 'Luis, Luis, libertad'".
Cuando ya estaba a salvo, atendió al periodista Darío Arizmendi y sus primeras palabras fueron de agradecimiento a la emisora y lo que iba a ser una llamada para felicitarle se convirtió en una hermosa conversación de casi cuarenta minutos. Era libre y lo contaba a la radio que había mantenido viva su esperanza. Carolina reconoce que apenas dan entrevistas, pero han hecho una excepción con el centenario de la Cadena Ser. Querían darle las gracias a la radio: "Es increíble lo que hace este medio. Sin caras, pero con voces y con almas enteras descifró un camino indescifrable de dolor y llegó a lo más profundo del ser humano. Si mi papá hoy está con vida es porque sabía que estábamos al otro lado. Todavía guarda la radio que usaba, porque esa radio para él es la vida entera".
Marisol Rojas
Trabaja en la Cadena Ser desde 2007. Empezó madrugando en Hoy por Hoy y ahora trasnocha en Hora 25....