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'El consentimiento', la película que muestra cómo el abuso sexual y de poder también lo puede ejercer un gran escritor

La francesa Vanessa Filho recrea el abuso que sufrió la escritora Vanessa Springora cuando era menor de edad en una película que ahonda en los límites del consentimiento sexual y la connivencia de la sociedad

Tráiler en español de 'El consentimiento'

Fotograma de 'El consentimiento'

París

Fue en 1985, cuando Vanessa Springora conoció al escritor e intelectual Gabriel Matzneff. Un tipo inteligente, manipulador que tenía cincuenta años en aquel momento y que sedujo a la joven con apenas trece años recién cumplidos. Poco a poco fue dándose cuenta de lo anormal de esa relación, la primera para esta menor, víctima de un depredador sexual que tenía la connivencia de todo el universo político y cultural parisino, incluida la madre de la joven, también obnubilada por Mtzneff.

Años más tarde, Springora publicó toda su historia en un libro titulado El consentimiento que fue un fenómeno en Francia, por nombrar a alguien conocido y su delito, pero también por la forma en la que abordaba un tema complejo y doloroso. Ahora la cineasta Vanessa Filho ha decidido filmar aquello, tras el Me Too y en un momento donde el cine vive un momento convulso de repensarse y cambiar conductas tóxicas hacia las mujeres. “El libro se convirtió en una herramienta de reflexión, una herramienta que promovió la ley del consentimiento en Francia. Y su libro tuvo un impacto político y humano muy fuerte, lo que significa que ahora el concepto mismo de consentimiento ha entrado en el vocabulario habitual de los franceses. Pero fue su libro, el que lo hizo posible”, dice la directora en una entrevista en la SER durante Unifrance.

El consentimiento cuenta cómo una joven se enamora de un tipo mucho mayor que ella, cómo se confunden los sentimientos, y el tipo se aprovecha de la situación, dando lugar a doble abuso, sexual y de poder. "La película se llama Consentimiento. Y lo que también quería mostrar en esta película era que Vanessa obviamente no estaba en condiciones de dar su consentimiento y tampoco de darse cuenta del poder de este hombre, que en realidad era un depredador y que obviamente ha cometido abuso sexual, pero también abuso de poder. Era necesario mostrar esta confusión", insiste la directora que tenía ante sí la toma de dos complejas decisiones, quién interpretaría a esta joven y quién sería el abusador.

“Es una película que se basa en la emoción, en las sensaciones y que busca capturar todas las etapas del personaje, de esta heroína. Necesitaba a una actriz que pudiera hacer a esta mujer, que tuviera poder emocional para contar esta historia. De lo contrario no hubiera podido hacerla”. Así fue como eligió a la actriz Kim Higelin es quien protagoniza la película. Conoció a la escritora, igual que la directora, y se dedicó a entender todo lo que había sucedido. “Me daba miedo. Leyendo la historia y luego el guion descubrí el coraje increíble que tenía esta mujer y eso me quitó el miedo y me dio deseo de contarlo, de encarnarla y de trabajar en esta película. El miedo era más por saber si iba a estar a la altura, si podíamos traicionarla o si iba a ser capaz de representar todas las emociones”, cuenta la actriz que se enfrenta a uno de sus papeles más importantes.

A Gabriel Matzneff, un tipo conocido, lo interpreta Jean Paul Rouve, y la cámara siempre lo muestra desde la mirada de la joven. "Obviamente, había un tema muy importante en la película, que era entender, sentir cómo ella obviamente podía confundir esta historia y pensar que era amor y que se estaba enamorando. Esa fascinación, amor, admiración a su edad, se confunde. Por lo tanto, la cámara tenía que estar en tiempo real a su nivel y decidió que solo iba a filmar a este hombre a través de sus ojos", analiza la directora el punto de vista de la cámara en una película que mira también a los cómplices, los que callaron o miraron para otro lado, como el personaje de Laetitica Casta, que interpreta a la madre de la víctima. La actriz rechazó una coordinadora de intimidad, ya que se sintió a gusto en todo momento en ese rodaje, como nos contaba. "Sentí que necesitaba que Vanessa fuera la coordinadora de la intimidad, porque su sensibilidad y la imagen tan precisa que tenía de cada una de estas escenas íntimas me aliviaron por completo y me sentí segura con ella".

Dice Vanessa Filho que siempre siguió las influencias de dos personas. Por un lado, de la propia autora y víctima de la historia “Antes de la adaptación nos tomamos el tiempo para conocernos. Fue muy generosa y nos dejó total libertad y nos mostró su confianza. Eso era lo que necesitábamos para poder recorrer este camino. Tuvimos varios intercambios y eso desarrolló el guion". Por otro lado, de un cineasta clave para tratar aquello que no se ve, pero que está, Luis Buñuel. "Me ayudé de esas películas que siempre me han inspirado, desde pequeña. Películas donde los cineastas más que mostrar, dejan entrever lo que hay tras las puertas. Era clave porque sabía que aquí muchas cosas no las iba a poder mostrar, pero quería explorar todos estos sentimientos a través del cine".

El consentimiento se suma a otras ficciones que hablan de un tema que el movimiento feminista ha puesto sobre la mesa y del que el cine lo había tratado pero desde la perspectiva masculina. Ahí está Lolita de Kubrick para reflejarlo. La película de Filho, que ahonda también en el proceso de sanación y de empoderamiento de la víctima, donde ella toma conciencia de lo que ha vivido y decide denunciarlo y seguir adelante, para poder tener una vida sexual plena. Hay más títulos que, desde otros puntos de vista, tratan el tema del consentimiento, por ejemplo, How to have sex, donde la violación se comente en una fiesta en un parque temático turista entre un chico y una chica de la misma edad. También The Royal Hotel, donde parece que las dos mujeres protagonistas deben estar disponibles para todos los hombres que se encuentran en un bar de borrachera, como si estar borracha fuera un indicativo de consentimiento. En unas semanas, además, el cine francés estrenará otro filme que aborda las diferencias de edad, como lo hizo Todd Haynes en Secretos de un escándalo, será en Culpa y deseo, de la siempre polémica Catherine Breillat. A pesar de todas las críticas y debates en torno a la Ley del consentimiento, que aprobó el anterior ministerio de Igualdad, el tema sigue generando debate, como muestra el cine.

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 
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