Casas con gimnasio, talleres y "mucho cachondeo": así son las viviendas colaborativas para mayores de 50 años
José Pedro García dejó su vivienda hace años para pasar a vivir en el 'cohousing' Trabensol, un modelo de viviendas colaborativas para envejecer en compañía
/cloudfront-eu-central-1.images.arcpublishing.com/prisaradio/BV3EPFC2TNMXLAEQUPQ2M5OY4I.jpg)
Entrevista a José Pedro García, habitante de una vivienda colaborativa
12:37
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1712620154848/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
José Pedro García vive con su pareja en un piso de una habitación bastante amplia, un salón y una cocina americana, aunque no necesita mancharla mucho. Allí solo prepara el desayuno y la cena, porque la comida se la preparan unas plantas más abajo. Tampoco necesita un cajón para los productos de limpieza, porque ese servicio lo hace alguien por él. También tiene un gimnasio y una sala de cine para ver películas los sábados y domingos. No vive en una vivienda de lujo, sino en una vivienda colaborativa que tiene un único requisito para sus habitantes: ser mayor de 50 años.
García presume a sus 72 años de haber cumplido con una fantasía con la que soñaba hace unos años, envejecer junto a los amigos. Lo hace en Trabensol, una cooperativa de viviendas en Torremocha de Jarama (Madrid) que dista mucho de ser una residencia. "La gente acaba llevando a los mayores a las residencias porque lo necesitan. Sin embargo, en este tipo de experiencias lo elegimos nosotros y cuando no lo necesitamos", explica en El Faro. En este modelo la libertad es plena, los residentes entran y salen sin dar explicaciones y no cuentan con servicios médicos.
En Trabensol viven 80 personas repartidas en 54 apartamentos que no poseen, sino que disfrutan. "Esto es otra manera de vivir y también de poseer. Lo único que poseo es el uso de los espacios", asegura García. Para acceder a ese apartamento, tuvo que hacer una aportación de 145.000 euros que se le devolverán si decide irse o que recibirán sus herederos si muere allí. Cada mes, además, él y su mujer pagan una mensualidad por gastos que el mes pasado ascendió a 1.280 euros y que incluye el alojamiento, la luz, el agua, la comida, el acceso al gimnasio, a baños terapéuticos, talleres y un salón multiusos en el que surgen "fiestas, bailes y mucho cachondeo".
La edad media en Trabensol es de 80 años y en estos momentos tienen a siete residentes con dependencia, para los que existe "una zona sociosanitaria con atención especializada: talleres ocupacionales, fisioterapia... actividades que te permiten atenderlos individualmente". Entre las comisiones que rigen esta comunidad asamblearia existe una especializada en dependencia que evalúa cada caso. "Hasta ahora, el único problema que se nos ha planteado es que si tienes necesidades hospitalarias, no puedes estar aquí, porque esto no es una residencia ni un hospital. Tampoco si hay problemas de demencia que alteran seriamente la convivencia", resume García.
Manera
02:19:11
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1712615488052/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Sigue el canal de La SER en WhatsApp, donde encontrarás toda la información, el deporte y el entretenimiento: la actualidad del día y las noticias de última hora, los mejores vídeos y momentos de la radio, entrevistas, reportajes y mucho más.
