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David Galán Galindo estrena 'Matusalén': "A lo mejor habría que cambiar un poco el chip de qué es el cine de autor"

El director de 'Orígenes secretos' afianza su particular universo friki con una comedia sobre la madurez con Julián López y Miren Ibarguren

Carlos Areces y Julián López en 'Matusalén' / Flins&Pinículas

David Galán Galindo es un tipo afortunado. El cineasta abulense, tras una contrastada trayectoria como guionista y varios proyectos codirigidos, ha conseguido que sus dos primeras películas aborden sus dos grandes pasiones; el rap y los cómics. Lo logró primero con Orígenes secretos, adaptación homónima de su propia novela policiaca que sirve como una carta de amor a los tebeos y al friki, y lo culmina ahora con Matusalén, la historia de un rapero cuarentón y rebelde (su máxima es “envejecer es inevitable, madurar es opcional”) que tras una apuesta con su padre aterriza en la universidad. Ahí descubrirá una realidad que se había empeñado en ignorar y se reencontrará con viejas amistades.

Dentro de un género tan prolífico y exitoso en España como la comedia, Galán ha conseguido que sus películas tengan un sello propio, con temáticas, esquemas y actores recurrentes, hecho destacable en un terreno donde abundan los remakes o los proyectos de encargo. El director, que ha construido un universo de personajes orgullosamente "raritos" a los ojos de la normatividad de la sociedad, se siente cómodo con la etiqueta de "autor" y menciona a El Cine en la SER algunos referentes: "Me encantaría ser un Taika Waititi o un James Gunn, gente que hace cine comercial pero claramente con una firma". "Tim Burton hace un cine comercial, que está pensando para disparar a un espectro grandísimo, pero hay una firma clara", añade. El realizador manchego explica que "no me interesa hacer cine de autor tal como lo tenemos aquí concebido, pero es que a lo mejor habría que cambiar un poco el chip de qué es el cine de autor porque enseguida ya estamos pensando en una película intimista sobre mi infancia en no sé dónde y quizás esto también es cine de autor". Galán es consciente de que "habría gente que se rasgaría las vestiduras por oírnos hablar así" pero señala que en su película "hay un montón de partes casi autobiográficas".

El protagonista de Matusalén es un "trasunto" del propio director, tal y como lo define Julián López, el protagonista: "Escribe muy desde su experiencia personal, ya lo hizo con con Orígenes secretos donde nos descubrió su pasión y su amor hacia el mundo del cómic y con esta, su pasión y su amor hacia la cultura hip hop y el mundo del rap". El actor encarna a "El Alber" (Matusalén por sus nuevos compañeros de la universidad y artísticamente Elpho-K), que como el propio David Galán Galindo se encuentra ya en la cuarentena, una edad en la que parece que se "está agotando ya el tiempo de hacer determinadas cosas". "Tengo mucho que aprender de mi propio personaje, Matusalén, que te enseña lo contrario, es decir: tú haz lo que quieras cuando quieras", explica el intérprete.

Matusalén llega a las salas de cine tras una puesta de largo en el Festival de Málaga. Ese es el recorrido que debía seguir también la anterior película de David Galán Galindo pero la pandemia del COVID-19 cambió los planes y Orígenes secretos terminó estrenándose en Netflix. "Esta peli tiene algo también de ópera prima, en el sentido de que va a ser la primera a la que voy a poder ir a las salas allí a colarme a ver cómo se ríe la gente", comenta con una sonrisa el director, que se considera "asiduo de las salas".

El elenco de Orígenes Secretos ya sobresalía: a Javier Rey, Verónica Echegui y Brays Efe le rodeaban nombres como Ernesto Alterio, Leonardo Sbaraglia o Álex García, además de Carlos Areces y Antonio Resines, que vuelven en Matusalén. En su nuevo largometraje, David Galán Galindo sube la apuesta con una ristra de secundarios impresionante que convierte a la película en un desfile de rostros conocidos de la gran pantalla y de la escena del rap español. Los primeros le interesan al director por "ese componente de encontrarte con un viejo amigo" y para enfatizar la importancia en la trama de "personajes pequeños". Por otro lado, la colaboración de artistas de la escena del hip hop tiene un motivo celebratorio de esa cultura con la que está vinculado desde su juventud: "Todos mis colegas de Ávila son raperos, yo soy rapero y lo he hecho desde un respeto y un amor a la cultura bestial".

El director ha hecho saber en más de una ocasión su tristeza ante el desprecio de una parte de la comunidad de lectores de cómic hacia Orígenes secretos y admite tener "el mismo miedo o más a que no le guste a los raperos". "Es una película pensada para el gran público, pero realmente a mí lo que me haría ilusión es que le gustara a los raperos", explica. Cree que para ello es fundamental despojarse de los prejuicios: "El problema está en que alguien vea el póster o vea el tráiler y crea que se están riendo de los raperos, porque si ven la película les va a traer aquí y se van a dar cuenta de que es una película que es un canto de amor al rap y al hip hop".

Precisamente esa idea de dejar atrás los prejuicios es clave dentro de la propia película, que cuestiona las expectativas asociadas con la madurez o sobre los caminos que se deben seguir. Al respecto, Miren Ibarguren, coprotagonista, se identifica con "El Alber": "A mis padres no les parecía muy bien que yo me dedicara a ser actriz y de hecho, me obligaron un poco a estudiar psicología". Julián López coincide: "En el momento en el que tú empiezas es difícil contarle a la gente qué quieres hacer, sobre todo porque es como: ¿No quieres algo de más seguridad?". Sin embargo, el actor expone que "no hay nada como mantenerse fiel a lo que uno cree, a cómo se quiere expresar en la vida y a cuál es la voz que cree que tiene en el mundo". La idea, en definitiva, es la de permanecer auténtico, algo muy "hardcore", como diría "El Alber".

 
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