"Con mi libertad de memoria no ha podido nadie": el mensaje de Maruja Torres a PP y Vox por sus leyes de la Concordia

Madrid

Me niego a denominar esa Ley, o lo que sea, con el nombre de la hermosa plaza de París en la que fueron ejecutados María Antonieta y su marido, cuando se llamaba plaza de la Revolución; o con el nombre del histórico avión transoceánico y de tan bonito diseño que nos cambiaba de continente en tres horas y pico y que ahora es pieza de museo.

Esa Ley que el PP y su aliado Vox aplican a las autonomías en las que mandan, ese engendro legaloide que han plantado en los aledaños de su añorado Día de la Victoria franquista, debería señalarse como Ley para los que quieren vivir en el guindo, o para quienes se aprovechan de quienes viven satisfactoriamente en el guindo.

Esa hermosa palabra no la quiero mancillar uniéndola a tan grosero plan, urdido y bien urdido, para auto indultarse y auto amnistiarse y legitimar la dictadura concediendo lo que ellos llaman "libertad de memoria", que se ve que hasta ahora no la teníamos por culpa de la intromisión del Estado.

Si no fueran tan malvados, tan mezquinos, me molestaría en tranquilizarles. Con mi libertad de memoria no ha podido nadie, y no podrán más que la senilidad, el Alzheimer o la muerte. No necesito la injerencia estatal (sanchista, supongo, o vete tú a saber) para distinguir entre una República democráticamente elegida y vilmente asediada desde el primer momento y un golpe de Estado militar, pagado por quienes aún se creen propietarios de este país.

Lo sois, probablemente, propietarios. Pero no todos somos siervos.