La primavera electoral hace que la situación política no se tranquilice en España

Madrid

Día de vuelta para muchos, aunque todavía hay quien apura hoy, el Lunes de Pascua, que es festivo en siete comunidades. Han sido días de mucha lluvia que veremos cuanto ayuda a paliar la sequía que afecta y amenaza la vida cotidiana de buena parte de España, aunque la contrapartida haya sido la decepción de aquellos que llevaban un año preparando su Semana Santa y el agua frustró sus planes. En cualquier caso, han sido unos días de espejismo, de calma política, pero solo de espejismo, porque hoy la vida, aunque al ralentí, vuelve a la normalidad.

Tan normal como una campaña electoral que empieza ya el próximo viernes. Ya saben que los periodos electorales son la normalidad en España. Entramos de lleno ya en las elecciones en Euskadi, con unas encuestas que pronostican el fin de la hegemonía del PNV con un empate con Bildu. Primer test electoral de los tres que vamos a tener antes del verano, el mes que viene serán las catalanas y al siguiente las europeas. Y todas juntas harán que la situación política no se tranquilice nunca en España.

Es muy probable que sigamos sin dedicar tiempo a lo importante y le dediquemos horas a lo accesorio porque esta es también la normalidad de nuestra política. Abrimos, pues, trimestre electoral, una especie de supertrimestre, y nada de lo que se haga o de lo que no sea haga y nada de lo que se diga va a escapar, otra vez, de la batalla electoral y partidista. Los acuerdos seguirán siendo imposibles y los ataques seguirán siendo permanentes, nada que no conozcamos y que no hayamos visto antes. Así que espero que hayan tomado aire esta Semana Santa y que hayan vuelto, que hayamos vuelto, con energías renovadas y con la capacidad crítica y analítica intacta, porque nos va a hacer mucha falta.

Lo bueno es que todo esto nos pilla en primavera con los días más largos y las temperaturas más suaves. Así que vamos a por ello.