Cómo saber si es la pareja adecuada: estas son las cinco preguntas fundamentales, según el neuropsicólogo Álvaro Bilbao

La vida es un camino de autoconocimiento y toma de decisiones. Una carrera de prueba-error y prueba-éxito. Que el fracaso es la mejor escuela de aprendizaje es una evidencia. «El malestar que sientes cuando te equivocas puede darte la fuerza y la sabiduría para mejorar. Lo peor que puedes hacer cuando cometes un error es sentir que no te has equivocado, porque entonces no podrás aprender de él», defiende el neuropsicólogo Álvaro Bilbao en su libro «Prepárate para la vida» (Plataforma Actual, 20249. Dirigido a los jóvenes, sus reflexiones y enseñanzas sobre el cerebro trascienden esa etapa vital y son aplicables a la edad adulta. Nunca es tarde para conseguir el bienestar que provoca un cerebro equilibrado. Conscientes de que habrá etapas de más dificultades. «Cuando trabajamos con chicos y chicas vemos que están muy confundidos, que no tienen las cosas claras. Les explicamos que es la edad para equivocarse, para tener ese novio o esa novia que no te hace vibrar, que no te ilusiona y darte cuenta que eso no te llena. El problema está cuando nos quedamos en eso y precisamente las preguntas del libro van un poco en que ellos se den cuenta de que esas cosas son importantes», explica Bilbao. El neuropsicólogo plantea cinco cuestiones clave para llegar a la conclusión de si una relación merece la pena. Y recuerda que las respuestas deben ser honestas. «Siempre digo: Encuéntrate con alguien que sea más bello por dentro que por fuera. Porque hay veces que nos enamoramos del aspecto. Hoy en día tenemos chicos y chicas que eligen a su pareja por cuántos seguidores tienen en TikTok o en Instagram. Es algo que valoran mucho. Acabamos de ver un caso de unos supuestos influencers que abusaban sexualmente de sus víctimas y las atraían simplemente porque tenían muchos seguidores. Todo ese mundo de fascinación por la imagen es algo muy propio de la adolescencia. Es importante que ellos lo puedan desmontar y darse cuenta que tienen que sentirse bien. Sentirse bien es fundamental para estar con alguien», recuerda. La dicotomía clásica razón y emoción asociada a cerebro y corazón comienza a quedarse atrás por los avances de la neurociencia: «Antonio Damasio con El error de Descartes abrió las puertas al nuevo descubrimiento. Lo que nos identifica es que hay una región del cerebro, la corteza orbitofrontal, que lo que hace es leer las señales corporales de las vísceras, es decir, del estómago, los intestinos, pero también del corazón, los pulmones, la respiración, el diafragma y leyendo esas señales, es como el cerebro toma decisiones. Tenemos muchas conexiones neuronales con el resto del cuerpo». Bilbao explica que el cerebro lo forman todas esas redes de conexiones que llegan desde la punta del dedo del pie hasta los ojos, el olfato, la nariz. Todas estas estructuras permiten configurar lo que realmente es el cerebro, que es el órgano que nos permite gobernarnos, sentir y tomar decisiones. «En la terapia con niños, les ayudamos a pensar en el futuro, a ser un poco más lógicos, no dejarse llevar tanto por los impulsos y hacer lo que tienen que hacer aunque no les guste. También trabajamos mucho con las emociones, pero mucho a ayudarles a estar un poquito más en la cabeza y menos en la inmediatez. En cambio, cuando trabajamos con adultos les llevamos al presente. El futuro es la ansiedad y la preocupación. El pasado es la depresión, la tristeza. Queremos llevarles al presente porque ahí se está en contacto con las emociones y con todas esas sensaciones corporales que son la mejor brújula para tomar decisiones en la vida». Álvaro Bilbao aclara un importante matiz que marca el significado de la palabra de moda: resiliencia: «El psicólogo Boris Cyrulnik es el padre de una palabra que hoy en día manejamos todos pero que no sabemos realmente lo que significa. La resiliencia la entendemos como ser muy resistente, ser capaz de pasar situaciones muy duras sin venirnos abajo. Pero realmente cuando estudiamos a esas personas que son más resistentes, lo que nos dice la resiliencia es que son personas que en los momentos difíciles son más capaces que otras de echar mano de alguna persona que les pueda ayudar. Es decir, que lo más importante cuando un adolescente lo está pasando mal es que sea capaz de alzar los brazos y coger ese salvavidas que seguramente alguien le va a echar desde un barco, desde un bote, para sacarle del fondo del agua». Los adolescentes que son capaces de hablar con otra persona sobre lo que les preocupa son los que tienen más probabilidades de superar cualquier tipo de dificultades en la vida. «En cambio, los que se lo guardan todo para ellos y no se llegan a abrir, yo les diría que es muy importante que aprendan el valor de abrirse a los demás y de confiar en alguien que nos dé ese poquito de confianza. Hablar salva muchas vidas», explica. «La depresión en la adolescencia se puede manifestar de formas distintas a las que se manifiesta en el adulto. Una de ellas puede ser mostrar mucho enfado, mucha irascibilidad que en el fondo son reacciones fisiológicas que vienen cuando el chico o la chica ha sufrido mucho en el colegio y se siente muy amenazado. Y en otros casos es encerrarse en sí mismo, no querer ver amigos. Eso puede estar asociado con otros trastornos mentales como puede ser esquizofrenia, como puede ser casos de fobia social, etcétera. Pero en algunos casos también tiene que ver con la depresión. Y ahí es muy importante si hay algún adolescente que me esté escuchando o que lea el libro, que sea capaz de decirle a alguien cómo se siente porque le van a ayudar. Siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos», asegura. Los avances en neurociencia en los últimos veinte años han sido enormes, pero el camino no ha hecho más que empezar: «El futuro del cerebro pasa por lo que hoy conocemos como el conectoma, que es lo está investigando el profesor Yuste en EEUU. Nos va a permitir entender mucho mejor todos los procesos cognitivos y emocionales». La clave está en saber qué ocurre cuando estamos pensando, qué ocurre cuando estamos sintiendo esa emoción, lo que abre la puerta a más tratamientos terapéuticos. «El cerebro es un órgano que necesita mucho equilibrio. En el mundo de educación vemos la crianza con apego, la importancia del amor, la importancia de dar ese niño buenos tratos que es muy importante, pero yo siempre les llevo al equilibrio. Creo que tiene que haber un equilibrio entre todas las cosas nuevas que estamos aprendiendo acerca de la afectividad, el desarrollo emocional de los chicos, de los adolescentes, pero también de las cosas que llevamos muchos siglos sabiendo como la importancia del esfuerzo, de ser resistentes, la disciplina, que ha sido muy importante para el desarrollo de la humanidad durante los últimos siglos y ahora parece que tiene hasta mala prensa», concluye el neuropsicólogo.

Cómo saber si es la pareja adecuada: estas son las cinco preguntas fundamentales, según el neuropsicólogo Álvaro Bilbao

El autor publica 'Prepárate para la vida'

Maika Ávila

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