El feminismo necesita varones feministas

Madrid

Ha triunfado. El movimiento de las mujeres, por sus derechos, por su independencia, por la igualdad, contra la discriminación, por tomar el mando de sus vidas y de la vida es ya irreversible. Las mujeres vestidas de negro y tapadas con largos pañuelos de la postguerra, explotadas y sumisas, son una imagen del pasado más remoto.

Pero cuando una idea se abre camino, más genera anticuerpos, reacciones contrarias o envidias. Ocurre ahora sobre todo entre los más jóvenes. Los que están inmediatamente por debajo o por arriba de la mayoría de edad.

Unos se creen con derecho a hurgar en los móviles de las chavalas, ese abuso total. Otros niegan cada vez más que siga habiendo desigualdad de género. Incluso algunos sienten como una humillación la escalada de derechos de las chicas. También que les “roban” los puestos más interesantes. Bastantes prefieren que sean los hombres quienes desempeñen las máximas responsabilidades.

Algo falla. Quizá ocurre que no ha habido un esfuerzo continuado y permanente para incorporar a los hombres a la lucha de las mujeres por su plenitud. Mal asunto, porque constituyen casi la mitad de la población, capaz de obstaculizar muchos avances. El feminismo necesita varones feministas.