Málaga 2024 | 'Calladita', la sirvienta que se rebela contra el 'cripto-bro' y la influencer de la alta burguesía
Miguel Faus debuta en la dirección de largometrajes con la historia que continúa su corto del mismo título, una sátira sobre ricos caprichosos y criadas que se liberan que protagonizan Paula Grimaldo, Ariadna Gil, Pol Hermoso y Violeta Rodríguez
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Paula Grimaldo es la protagonista de 'Calladita' / KARMA FILMS
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Málaga
Hay quien dice en el documental de Marisol que la lucha de clases estaba pasada de moda cuando ella decidió alzar el puño y encabezar varias protestas obreras en los años 70 y 80. Seguramente hoy muchos dirían lo mismo, que la cuestión está en las batallas culturales. Pero otras muchas obras y películas nos recuerdan que el origen de toda desigualdad está ahí, en la clase. En los últimos años son varias las producciones que han explorado esa tensión alentadas por lo que ya es casi un subgénero, las historias de pijos sufriendo o las venganzas contra los ricos. Ahí están títulos con Palma de Oro como 'Parásitos' o 'El triángulo de la tristeza' o dramas españoles como 'Libertad', de Clara Roquet, que a través de la dinámicas familiares retrataba el choque de dos chicas jóvenes, la adolescente acomodada y la hija de la cuidadora colombiana.
Mientras se estrenaban todos estos proyectos, Miguel Faus intentaba levantar su primera película. Una continuación y ampliación de su corto 'Calladita', proyectado en 2020, que finalmente ha logrado producir gracias a los NFTs, un especie de mecenazgo alternativo, y que recibió el apoyo de Steven Soderbergh a la postproducción en Sundance. Ahora, casi cuatro años después, ha presentado en la sección oficial fuera de concurso del Festival de Málaga la película, un drama con hechuras de sátira ambientado en la Costa Brava, donde una familia dedicada al mundo del arte pasa unos días de descanso en su moderna casa de vacaciones.
"Inicialmente la semilla era hacer un retrato sobre la la juventud de las clases muy altas, de la alta burguesía, y sobre la hipocresía y la impunidad que las rodea. En un momento dado caí en la idea de la empleada doméstica como protagonista, era un punto de vista perfecto para ese tipo de sátira que yo quería hacer. Es muy habitual que este tipo de burguesía tenga empleadas domésticas internas y además sean personas que viven en el mismo centro de este universo, pero no forman parte de él y, por tanto, ya pueden tener naturalmente esta mirada juzgadora. Y lo ven todo, lo oyen todo, lo saben todo, pero son como presencias que se requiere que sean casi invisibles. Siempre calladitas. Que todo esté muy limpio y todo ordenado, pero que no se note que están, que no molesten. Fui entrevistando a muchas empleadas domésticas y me fueron interesando cada vez más sus historias y su mirada de este mundo en el que habitan, pero del que no forman parte", explica el joven director del origen de esta historia y su voluntad de explorar esas dinámicas.
La película empieza precisamente así. Con Ariadna Gil, la madre y jefa de la familia, recorriendo la casa y explicándole a la nueva interna, interpretada por Paula Grimaldo, todo lo que tiene que hacer, cómo y dónde están las cosas mientras ella mira fascinada la dimensión y decoración de los espacios. Lo interesante de Calladita es que no pone el espejo frente a los padres de la familia, sino frente a los dos hijos jóvenes de ese matrimonio. Pol Hermoso es un trasunto de 'cripto-bro' cayetano y Violeta Rodríguez una suerte de influencer que se pasa el día tomando el sol. "Me parecía muy interesante también contrastar a estos tres personajes, todos ellos veinteañeros, viviendo un verano, pero viviéndolo de forma radicalmente diferente, simplemente por las circunstancias en las que han nacido. Ella, la protagonista, teniendo que limpiar los váteres de los otros dos para que los otros dos pues no tengan que pensar en eso y puedan disfrutar del verano y de todo el hedonismo y la diversión que eso significa. Si ese contraste se ve en personas más mayores, más avanzadas en su vida, pues ya pueden entrar consideraciones más complejas sobre cómo han llegado a esta posición, por así decirlo. En este caso se ve bastante claro que que ella tiene que hacer ese trabajo de empleada doméstica porque le toca por el sitio en el que ha nacido y, en cambio, ellos lo tienen todo dado y todo resuelto solo por por donde han nacido, no se han ganado nada", defiende.
Ese contraste entre los jóvenes conforma el tronco de una historia que va progresando dramáticamente y tomando aires de thriller cuando la interna empieza a coquetear con lo supuestamente prohibido. Lo que no puede hacer es salir, divertirse, sentirse deseada, tener una mínima vida fuera del trabajo, al que está dedicada para mandar dinero a su familia para que su hermana pueda estudiar. "Yo creo que es un tema muy actual y muy contemporáneo esta anulación del individuo por el trabajo y esto sí que curiosamente no entiende de clases sociales. Hay gente con trabajos súper bien pagados y súper reconocidos a nivel de estatus y demás, que también tienen mucho de esta anulación de la personalidad y de la individualidad. Es una historia de resistencia y de liberación de este personaje. Ella trabaja en algo que no es lo que desearía hacer, limpiando y cocinando y sirviendo a esta familia rica e intenta luchar por su por su dignidad y su libertad en este mundo dominado por gente que claramente no es como ella", añade Faus sobre este anulación del yo que la sirvienta dinamita cuando se rebela como sujeto deseante.
Rodada en una mansión del Ampurdán, en la Costa Brava, el espacio es también uno de los protagonistas de la película. Cómo las líneas de ventanas y puertas marcan también los límites entre esos dos mundos, algo que aprovecha el director con composiciones simétricas en un perverso juego de espejos. "Hay varias cosas importantes en la localización. Una eran los reencuadres y el encerrar a la protagonista detrás de ventanas. Esta idea de distanciarnos de los personajes para poder, por un lado, encerrarla a ella y por otro, distanciarnos de la familia rica, para generar o apoyar la crítica satírica y absurda a ese mundo. Y la segunda cosa muy importante eran los dobles espacios, sobre todo en en la cocina que da al porche, donde la familia come y cena, y ella está en la cocina preparándose para servirles. Hay ahí una ventana que se abre y se cierra con móvil y pues eso nos daba la oportunidad de hacer cosas muy interesantes", explica de un diseño formal al que suma momentos cómicos y horteras, como el flotador rosa en la piscina, la escultura que nadie entiende o la obsesión del padre, interpretado por Luis Bermejo, por matar a todos los gatos que se acerquen a su casa.
Miguel Faus, que se licenció primero en Administración de Empresas, estudió dirección de cine en Londres y ha colaborado con publicaciones como JotDown, es también consciente que habla desde el privilegio en un momento en el que se ha abierto en el cine español el debate sobre el clasismo de las escuelas de cine y quién puede acceder a ellas. "Últimamente se ha hablado de que la mayoría de los cineastas jóvenes que empiezan vienen de clases burguesas, no de clases populares ni clases bajas, y esto es un problema a nivel de la diversidad de perspectivas que ofrece nuestro cine. Y estoy de acuerdo. Es verdad que nuestro cine se beneficiaría de ser lo más plural posible en cuanto a las perspectivas que se comparten, pero a la vez el cine es un arte muy caro y a mí no me gusta tomar esa posición del cineasta que se queja de no poder hacer películas. Hacer películas no es un derecho que esté en la Constitución, es un privilegio. Las películas son muy caras y, entonces, espero que la gente que tiene el poder de decidir quién hace películas y quién no, también tome estos temas en consideración y piense que necesitamos un cine plural, con muchas perspectivas. Yo, desde mi posición, he intentado buscarme la vida para hacer mi película de la forma que he encontrado y soy consciente de mi privilegio, de haber podido estudiar fuera, intento utilizar mi cine para iluminar cosas de la realidad que me parecen importantes", concluye el joven realizador, que cita como su gran referente a Buñuel, el maestro que mejor ha retratado la burguesía y su discreto encanto.
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José M. Romero
Cubre la información de cine y series para El Cine en la SER y coordina la parte digital y las redes...