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Cómo cuidar el aloe vera

El aloe vera es una planta muy utilizada y popular que conviene cuidar con buena luz y riego medido. Estos son todos los consejos para mantenerla sana

Madrid

El aloe vera es una planta muy utilizada y popular, imprescindible en cualquier rincón, aunque sea al final de una terraza. Es tan común que hasta sabemos su nombre científico, que es el mismo que el que utiliza mucha gente: Aloe vera. En muchos lugares también se le llama sabila, nombre del que derivan otros muchos, como recoge el libro de Flora Iberica: pita zabila, zabida, zabila, zabira, zadiva, zavida… Aunque no es una planta autóctona de la península Ibérica, sí que está naturalizada en muchos lados, desde luego.

¿De dónde es originaria la planta?

Pues es algo que no se tiene muy claro, algo que ocurre con muchas plantas que se cultivan extensamente desde hace muchos siglos. Se piensa que es de la zona de Arabia, y que desde allí se extendiera a todas las regiones del mundo con clima apropiado para cultivarla. De hecho, hoy en día es una planta que se cultiva por sus propiedades medicinales, muchas de las cuales tienen que ver con el cuidado de la piel, como hidratante, para tratar quemaduras y otras afecciones.

Yo siempre recuerdo a una excompañera de trabajo que me contó que a su bebé la cuidaba con las hojas de aloe cada vez que le cambiaba de pañales, y que la pediatra le dijo que no había visto una piel tan sana como la de su bebé. Lo que se suele utilizar es la parte interna de las hojas, la pulpa, que es como un gel espeso. Lo curioso es que es muy fácilmente absorbible por la piel humana, dejándola perfectamente hidratada. Hay una infinidad de productos cosméticos que llevan incluida esta planta. De eso tenemos que hablar un día, porque las etiquetas de los productos de aseo y cosméticos que hay en las casas, están llenas de una botánica muy jardinera.

Estas plantitas que has traído a la radio son todavía pequeñas, ¿se podrán utilizar ya?

Se recomienda que las hojas que se utilicen sean las de plantas algo más maduras. Estas plantitas que he traído hoy aquí son de un aloe que tengo en la terraza, al fondo, en una esquina. Y son, ni más ni menos, que los hijos de una planta madre más grande. Cada cierto tiempo le quito todos los hijos, no tengo corazón. Pero es para que la planta madre crezca más sana y fuerte, porque, si no, acaba completamente rodeada de estos hijos. Es algo que saben a la perfección los oyentes que cultivan aloes. Los hijos los puedo regalar y llevar a otros lados, como hoy con estos que he traído para la radio. Estos serán perfectos para colocarlas en macetas desperdigadas por la terraza, porque no necesitarán de tanta agua, al contar con su propia reserva de agua en las hojas.

Cómo cuidar el aloe vera

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¿Qué cuidados necesita?

Empecemos por la luz. Al aloe le encanta recibir rayos de sol directos, por lo que le tenemos que asegurar que al menos tenga unas horas de sol. Hay personas que la cultivan en zonas más sombreadas, pero muy luminosas, y lo prefieren, porque así la planta adquiere tonos más verdes. Cuando la cultivamos a pleno sol, puede broncear sus hojas, como hacemos nosotros si nos ponemos bajo el sol. Lo que es muy importante es observar sus hojas, que nos dirán si recibe la luz apropiada: si vemos que la base de las hojas tiene un color blanco, y que el resto de la hoja es de color verde claro, el aloe nos está pidiendo (por favor) que lo coloquemos en una zona con más luz. Incluso, puede ocurrir que las hojas, además de esos colores que acabo de mencionar, sean muy estrechas y débiles, que casi no se sujeten: eso ya es un síntoma de extrema debilidad, y hay que conseguir que reciba más luz, sí o sí.

Yo he cultivado aloes con tan solo un par de horas de sol directo, y ya se ponen muy bonitos. Si los cultivamos sin ese sol directo, al menos han de tener una sombra extremadamente luminosa para que estén sanos. Cuando llega la floración, es un espectáculo, porque producen una vara floral con muchas florecitas, agrupadas en racimo, de color amarillento.

Qué sustrato necesitan y cuánta agua necesitan

En cuanto al sustrato, sería ideal que contara con uno que tenga una gran parte de materia mineral, inorgánica, como arena de río, por ejemplo, e incluso algo de gravilla no le vendría mal. La otra parte puede ser orgánica, con compost vegetal o fibra de coco, por ejemplo. La parte mineral dará un buen drenaje y aireación a las raíces, e incluso aportará peso a la maceta, que, de otra manera, a veces puede volcar, ya que la planta adquiere mucho peso con el paso del tiempo, y puede desestabilizar la maceta, haciendo que vuelque.

La parte orgánica aportará la retención de nutrientes y de agua para la planta. En cuanto al agua, en los periodos de calor, se puede regar a conveniencia, sin miramientos, y así lucirá hermosa. Cuando bajen las temperaturas, por debajo de unos 15 grados, se puede suprimir por completo. Puede vivir a la perfección sin agua durante muchísimos meses. Además, cortar el riego en los meses fríos hace que resista mejor las bajadas de temperatura.

¿Hay algo más que pueda beneficiar a esta planta?

Como a prácticamente todas, un buen abonado en los momentos de crecimiento activo de la planta. A mí me gusta mucho abonarla con guano o con algún otro tipo de abono orgánico en primavera y a finales de verano. Hay que recordar que nunca hay que echarle abonos ricos en nitrógeno, que hacen que crezca demasiado y con tejidos débiles, más propensos a enfermedades.

Eduardo Barba

Eduardo Barba

Eduardo Barba Gómez es jardinero, investigador botánico en obras de arte, paisajista y profesor de jardinería....

 
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