Jordi Socías: "Lo que más me molesta como fotógrafo es la cámara"

Madrid

Las fotos que rompen el aburrimiento del texto no son más que una mancha. Las que hace Jordi son un relato en sí. Cuentan lo que los demás, a simple vista no vemos, pero el fotógrafo sí. Millás y Socías han compartido mucho tiempo juntos en viajes, reportajes y entrevistas. A Fukushima un año después de la tragedia. A Uruguay a pasar unos días con el entonces presidente Pepe Mújica, a entrevistar a Zapatero en el Falcon, a disfrutar de una jubilación ficticia en Benidorm. De todas esas experiencias quedan recuerdos, anécdotas, relatos y fotos que te dejan con la mirada fija en los detalles. “Lo primero que decidíamos es a qué hora y dónde íbamos a comer” (Esto me suena)

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Muchas de esas instantáneas forman parte de la exposición (Al final de la escapada) que, hasta el 21 de Abril, muestra en la Sala del Canal de Isabel II un trabajo de 50 años detrás de una cámara. Aunque precisamente es esto, su instrumento de trabajo, lo que más le molesta para moverse por las calles e inmortalizar momentos de la vida cotidiana, momentos históricos también. Como el entierro de los abogados de Atocha, o la huelga de SEAT. “La calle es una puesta en escena, un plató. Y el retrato una parte fundamental de la vida. Lo que nos identifica es un retrato en el DNI”. Retratos de artistas, de gente de la cultura a los que no prepara previamente porque lo que más le gusta es captar un gesto natural. “El encuentro con el personaje tienen unas limitaciones. A los 10 minutos o se cansa él o me canso yo. Aunque mentalmente siempre sé cómo quiero que sea la imagen”.

Dice Juanjo que Jordi a veces se sale de la cámara y mientras habla con el entrevistado el fotógrafo se dedica a curiosear por la casa. “Es importante pasar desapercibido. Lo que realmente importa es la elocuencia del silencio”