Mark Rutte se perfila como sucesor de Stoltenberg al frente de la OTAN

"No tengo ninguna intención de prorrogar mi mandato como Secretario General". Era verano de 2023 y el noruego Jens Stoltenberg iba camino de cumplir una década al frente de la Alianza Atlántica, adonde llegó en 2014. Después de dos mandatos completos y dos prórrogas derivadas de la invasión de Ucrania, Stoltenberg no seguirá al frente de la OTAN y su sucesor prácticamente tiene ya nombre y apellido.

Mark Rutte, primer ministro neerlandés desde 2010, no volverá a dar clase como sugirió que haría después de no presentarse a las elecciones del pasado mes de noviembre. Los desencuentros en el gobierno de coalición a cuenta de las medidas para reducir la llegada de inmigrantes a los Países Bajos terminaron por minar su último gabinete y a poner punto y final a su carrera al frente del país.

Sin embargo, Rutte no va a irse muy lejos de La Haya. Su destino seguramente estará a 163 kilómetros, en Bruselas, donde está la sede de la OTAN. Rutte tiene ya la bendición de Estados Unidos, el Reino Unido y Francia, y no hay nadie más que haya mostrado en público su predisposición a disputarle el cargo, lo que le sitúa ahora mismo muy bien encaminado para suceder a Stoltenberg. Hoy mismo le han preguntado por la posibilidad de optar al cargo a Mette Frederiksen, la primera ministra danesa que sonaba para intentar ser la primera mujer al frente de la alianza militar, pero ha asegurado que rechazaría el ofrecimiento.

A la espera de que pueda surgir algún candidato o candidata desde los países Bálticos, Rutte es el único candidato a día de hoy.

Necesita consenso

Si bien es cierto que Rutte cuenta con el respaldo de Biden, este año quien se sitúe al frente de la OTAN puede tener que hacer frente a la posibilidad de que sea Donald Trump quien esté de nuevo en la Casa Blanca. Y Trump ha soliviantado recientemente a los países de la Alianza al decir que dejaría en manos de Rusia a un país que no pagara lo suficiente en el seno de la OTAN. De hecho, la sucesión al frente de la OTAN y las elecciones de Estados Unidos casi coincidirán en el tiempo en el último trimestre del año. En la reciente Conferencia de Seguridad de Munich, el propio Rutte recomendó a Europa dejar de "quejarse y gimotear" por lo que dijera Trump y centrarse en ayudar a Ucrania.

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El líder de la OTAN debe tener el respaldo de todos los miembros actuales, que son 31 a la espera del más que probable ingreso inmediato de Suecia. A su favor Rutte cuenta con el compromiso histórico de los Países Bajos con la OTAN: hasta tres dirigentes neerlandeses han estado al frente de la Alianza Atlántica.

Retos para el futuro

El sucesor de Stoltenberg al frente de la OTAN tendrá como principal labor nada más llegar al cargo mantener el respaldo sin fisuras a la resistencia ucraniana. Sobre la mesa está el futuro ingreso de Ucrania en la Alianza para lo que se ha creado una comisión específica, pero hasta que esto se produzca la ayuda de la OTAN no incluye la presencia de tropas en el terreno. Sí que los aliados de la Alianza han enviado armamento, ayuda financiera y humanitaria a Ucrania desde el inicio de la invasión. Actualmente, la OTAN comparte casi 3.000 kilómetros de frontera con Rusia, la mayor parte de la cual está en alerta por la guerra de Ucrania.

También quien esté al frente de la organización deberá gestionar la posición que ha venido impulsando Stoltenberg para que los países miembros lleguen a destinar el 2% de su Producto Interior Bruto a la defensa. El dirigente noruego ha anunciado recientemente que 18 de los 31 países miembros se han comprometido a alcanzar esa cifra.

La ciberseguridad, el impacto del cambio climático la amenaza que puede suponer el fortalecimiento militar de China están también entre los retos para el futuro de la OTAN. De hecho, Stoltenberg ha dedicado parte de la final de su mandato a reforzar las relaciones con potencias asiáticas como Corea del Sur o Japón, así como con Australia o Nueva Zelanda para equilibrar la influencia de otros ejes que giran alrededor de Rusia o China como el de los BRICS.