Otra vez el centro reformista

Madrid

Centrémonos hoy en los ganadores. El Partido Popular, además de haber triunfado en las elecciones gallegas, ha conseguido una serie de efectos colaterales que en estos momentos tienen significado propio. Uno de ellos es la oportunidad de recuperar la posición ideológica de centro reformista, que tantas veces ha reivindicado y tantas veces ha abandonado como en un eterno mito de Sísifo. Gobernar en esta comunidad autónoma, sin la sombra de Vox acogotándolo, solo acentúa el hecho de que lo que haga o lo que diga el Partido Popular en Galicia tan solo dependerá de sus dirigentes. Prueba pasada. En este sentido, hay una gran diferencia con otras comunidades autónomas como Castilla y León o Murcia y municipios donde la extrema derecha lleva del ronzal al PP para que este siga gobernándolas, difuminando sus programas y haciéndole cometer barbaridades tan ultramundanas como la censura cultural. A partir de ahora nos vamos a fijar en si Alfonso Rueda tiene personalidad propia y no sigue la estela de otros dirigentes populares como Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, que pudiendo hacer una política más centrada, se confunden permanentemente con los postulados de la extrema derecha, aunque esta gobierne a su lado y no dentro.