"Vamos a tener que actuar": el vídeo de Bolsonaro por el que la policía le acusa de planear un golpe de Estado en Brasil

Apenas un día después de que la Policía Federal del país desarrollara una operación contra políticos y militares investigados por planear un golpe de Estado en Brasil, el diario O Globo publica hoy un vídeo en el que el expresidente de ese momento, el ultraderechista Jair Bolsonaro, defendía esa postura en una reunión previa a las elecciones en las que salió derrotado.

En concreto, es una reunión gubernamental que se celebra el 5 de julio de 2022, tres meses antes de las elecciones en las que finalmente, como anticipaba Bolsonaro, ganó la izquierda encabezada por Lula da Silva, aunque por una diferencia de apenas 2 millones de votos.

En los extractos de vídeo que se han ido publicando se puede ver a Jair Bolsonaro dirigiéndose a sus ministros, varios de los cuales también están siendo investigados como el expresidente. Bolsonaro anticipa que la izquierda va a ganar las elecciones y dice que "no podemos dejar que pase lo que tiene pinta".

En esa línea, Bolsonaro piensa que Brasil quedará sumida "en un caos" cuando pasen los comicios y gane la izquierda y argumenta que "nadie quiere dar el golpe, nadie quiere sacar al Ejército a la calle, ¿a qué estamos esperando?". Bolsonaro utiliza un tono alterado durante toda su intervención, que según están detallando los medios brasileños llegó a durar una hora. "Todos tenemos algo que perder", admite Bolsonaro, "por lo que tenemos que hacer algo antes".

La policía brasileña registró ayer la casa de Bolsonaro y le retiró el pasaporte, por lo que ahora mismo el expresidente no puede salir del país. Los investigadores han trabajado entre otras pruebas con este vídeo que consideran una prueba irrefutable del carácter golpista de los mensajes de Bolsonaro.

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En Brasil se siguen celebrando juicios por el intento de asaltar el Congreso del país el año pasado, dos meses y medio después de la victoria de Lula da Silva. Más de 1.300 personas llegaron a ser procesadas y aún hay 66 acusados en prisión al tiempo que la investigación sigue su marcha. Las primeras condenas impuestas por los tribunales brasileños ascienden en el mayor de los casos a 17 años de cárcel.