Desbandá
"Podría considerarse un eufemismo que se les podía haber ocurrido a los asesinos para subrayar la cobardía de quienes huían. Pero no hay eufemismo que resista la realidad"
Madrid
La Desbandá nombra uno de los episodios más crueles de nuestra cruel guerra civil. Y quedó con la forma del habla andaluza, que tiende a apocopar algunas palabras. Ahí tenemos la soleá, La Madrugá o la mar salá, por ejemplo. Una desbandada nombra el movimiento de una masa de individuos que huyen en desorden. Y ese desorden lo encontramos en una palabra parónima, el verbo desmandarse, que hace referencia a quien se propasa y pierde el control. Así que los civiles desbandados en aquellos días de febrero de 1937 se cruzaron con los asesinos golpistas desmandados que los bombardearon por mar y aire. Miles de ellos no lo contaron.
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Es verdad que La Desbandá fue una huida, como hubo muchas durante la guerra. Pero si ha pasado a la historia es porque fue una matanza, una masacre, un exterminio indiscriminado de personas desarmadas, hombres, mujeres y niños. Así que podría considerarse un eufemismo que se les podía haber ocurrido a los asesinos para subrayar la cobardía de quienes huían. Pero no hay eufemismo que resista la realidad. Por eso todos sabemos que "la solución final" no es un concurso de televisión o un programa de bricolaje para hacer reformas caseras. Por eso, salvo ignorancia manifiesta, es difícil que en Málaga a alguien se le ocurra poner el nombre de La Desbandá a una guía de ocio para las vacaciones. Espero...