Megaincendios
Siempre se recuerda que los incendios se apagan en invierno y no en verano y que las prácticas de prevención son anteriores a las de extinción. Recordemos
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Madrid
Chile arde. Falta por determinar si el gigantesco incendio que asola a Chile durante los últimos días se debe directamente a la acción del hombre, los incendiarios homicidas o, indirectamente, el calentamiento climático reduce la humedad de la vegetación, separándola y poniéndola en disposición de arder. El Chile de Boric, una vez más, California, Bolivia, Argentina, Australia o aquí cerca en Portugal, son testigos de los llamados incendios de sexta generación, mega incendios o incendios atómicos en los que se emite una energía que equivale a bastantes veces la de las bombas atómicas arrojadas en Hiroshima y Nagasaki. Esa energía liberada vuelve como tormentas de fuego que destruyen en un segundo todo lo que alcanzan hombres o bienes y en muchos casos hacen inútiles las infraestructuras de defensa. Es prácticamente incontrolable. Y el agua que derraman los helicópteros y aviones que se disponen a apagar los incendios, tan escasa, se evapora antes de llegar al suelo. Hoy nos pilla lejos, pero mañana nos puede tocar a nosotros. En materia de incendios no hay fronteras. Siempre se recuerda que los incendios se apagan en invierno y no en verano y que las prácticas de prevención son anteriores a las de extinción. Recordemos.

Joaquín Estefanía
Es periodista, exdirector del periódico 'EL PAÍS' donde sigue firmando columnas. También colabora en...