Manuel Jabois: "Pedimos perdón, pero esto no lo pagamos o pagamos si eso ayuda a la víctima y la cifra es justa"

Madrid

El caso de las violaciones, de las agresiones sexuales, es uno de los casos en los que cualquier dinero que te den siempre será poco, porque normalmente te traumatizan durante toda la vida. Una de las peores características de los de los abusos sexuales realizados dentro de la Iglesia es que las víctimas suelen ir a ella. Han confiado en sus futuros agresores o, en el caso de los colegios religiosos, han sido sus padres quienes tenían esa confianza. Generalizando: no salen a la calle a embaucar, sino que reciben a quienes van a ser embaucados y luego agredidos. Por eso resulta bastante indigesta la referencia del prior de la abadía: lo que él cree que tiene que ser una reparación justa. Pedimos perdón, pero esto no lo pagamos o pagamos si eso ayuda a la víctima y la cifra es justa, por lo que se entiende que el responsable de la abadía en la que ocurrieron los abusos tiene que calcular la cifra y hacerlo tratando de saber cuál es el precio de la confianza que hasta 12 menores tenían en el monje Andreu Soler. Y él utilizó esa confianza para violarlos durante años.