De no poder subir escaleras por un cáncer a subir el Kilimanjaro: el reto de Miguel Ángel Rubio

Madrid

¿Habéis escuchado esa frase que dice que a veces, la vida, puede ser como subir una montaña? La subida se puede hacer aún más complicada cuando te diagnostican una enfermedad grave como el cáncer y analizas el largo camino que queda hasta la cima con muchos miedos dentro de la mochila. Hoy, a dos días del Día Mundial Contra el Cáncer, queríamos compartir la historia de un aficionado a la montaña que hace cuatro años, mientras superaba un cáncer, se puso como meta, para cuando se recuperara, subir los 5.890 metros del Kilimanjaro en Tanzania, y eso que le dijeron que tras someterse a una compleja operación donde le extirparon hasta un riñón, le costaría hasta subir unas escaleras.

A Miguel Ángel Rubio le detectaron un sarcoma en plena pandemia, en 2020. Él tiene 54 años, es de Albacete, ingeniero de montes, muy aficionado a la naturaleza y aunque nunca había hecho alta montaña, siempre le rondó la idea de subir el Kilimanjaro, la cumbre más alta de África.

Durante el confinamiento tuvo que trasladarse a Madrid para tratarse en el Gregorio Marañón. Empezó con la radioterapia...cuenta que sintió mucha soledad, miedo, pero una vez que arrancó el proceso, ganó confianza. Se sometió a una compleja operación que aunque salió muy bien, le dejó secuelas. José Manuel Asencio es el cirujano del Gregorio Marañón que operó a Miguel: "Tenía un liposarcoma retroperitoneal que estaba alojado en la parte derecha del abdomen y requirió no solo una cirugía agresiva, en la cual quitamos la parte derecha del colon, también el riñón derecho y estaba atrapando en el músculo psoas tuvimos que también resecar este músculo que es el que normalmente nos permite subir escaleras".

Se preparó antes para ello

El Gregorio Marañón, además, es un centro de referencia en esta materia, catalogado como "CSUR", con equipos multidisciplinares para tratar esta patología lo que hace que sus pacientes tengan una tasa más alta de supervivencia. Los afectados por sarcomas tienen derecho a ser remitidos a este tipo de centros. Tras la operación, Miguel Ángel no podía moverse con facilidad ni por su casa y en esos duros momentos, recordó su sueño. tenía que pensar que yo iba a tener una vida que iba a recuperar mi vida. No se pueden posponer el llevar a cabo aquellas cosas que deseas. "Después de la operación tenía muchos dolores, fue terrible. Anímicamente no estaba bien. Me di cuenta de que tenía que pensar que yo iba a tener una vida, que iba a recuperar mi vida. No se pueden posponer el llevar a cabo aquellas cosas que deseas", asegura.

Pasó de un entrenamiento sencillo a más intenso, recorriendo montañas de toda la Península... Y este mes de enero estaba listo para intentar subir el Kilimanjaro acompañado por su médico y otros compañeros que quisieron unirse a su aventura para grabar un documental y recaudar fondos para la investigación. Además, Miguel Ángel quiere visibilizar el cáncer y dar esperanza a otros que puedan pasar por su situación. Tres días más tarde del Meru, el equipo comenzó el ascenso al Kiliman-jaro por una ruta más larga que permite una subida progresiva. La previsión era tardar 9 días en hacer cumbre y al final llegaron dos días antes, el pasado sábado.

El equipo de Miguel Ángel está hoy de regreso a España. A la pregunta en qué se parece subir una montaña a luchar contra una enfermedad el aventurero lo tiene claro: "Si miras todo el rato a la cumbre te va a parecer inalcanzable, hay que ir poco a poco, lo importante es luchar porque mientras estás luchando tienes ilusión".

Toda la información sobre este reto está en la web "Kilimanjaro, la importancia del momento". Quieren conseguir 20.000 euros y ya han recaudado casi la mitad para la investigación médica de la Asociación Española Contra el Cáncer.